EL FRANQUISMO SIN FRANCO



El veinte de noviembre se van a cumplir 43 años de la muerte del dictador Francisco Franco. A pesar del tiempo transcurrido su figura parece de absoluta actualidad. Por una parte, la propuesta del gobierno de exhumación de sus restos del Valle de los Caídos, ha provocado un intenso debate social. El tema ha producido una cascada de noticias, opiniones y debates en los medios de comunicación y las redes sociales. Los partidos políticos han expuesto sus posturas y han realizado diversas propuestas sobre el futuro, tanto de los restos del dictador, como del propio Valle de los Caídos. En el debate también han participado tanto la familia del dictador como la jerarquía de la Iglesia católica y la Fundación Francisco Franco.
Por otra parte, los intentos separatistas de parte de la sociedad catalana y de los partidos independentistas han provocado la reacción de colectivos españolistas y de partidos de la derecha. En los actos públicos de estos grupos cada vez es más frecuente la utilización de los símbolos franquistas. En los discursos de algunos partidos políticos se expone un concepto de la unidad de España que más tiene que ver con las ideas de unitarismo y centralismo que se aplicaron durante el franquismo, que las que se recogen en la Constitución.
Coincidiendo con este tipo de reacciones, se suceden hechos como la aparición en actos públicos de personajes directamente ligados al franquismo. Así ha ocurrido con el antiguo comisario apodado Billy el Niño, sobre el que se han realizado multitud de acusaciones de tortura o con quien fuera protagonista del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Antonio Tejero.
El acceso al gobierno de la nación de Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, a través de una moción de censura, que han contado con el apoyo de Unidos-Podemos y de grupos nacionalistas, ha provocado un giro a la derecha en las declaraciones efectuadas tanto por el líder de Ciudadanos, Alberto Rivera, como del nuevo presidente del PP, Pablo Casado. Coincidiendo con este deslizamiento hacia posturas más de derechas de estos partidos, se destaca en los medios el auge de un partido que se puede encuadrar en la extrema derecha como es Vox.
Esta serie de acontecimientos que parecen recuperar algunos elementos del franquismo en el debate político y social, creo que hacen necesario dedicar unos momentos a reflexionar sobre qué se entiende por franquismo, quiénes son los franquistas y sobre todo si se está produciendo un resurgir de las ideas que se aplicaron durante la dictadura de Franco y que forman el núcleo de lo que conocemos como franquismo.
En esta entrada voy a recordar brevemente cuáles fueron las etapas por las que pasó el franquismo, las principales caracterísicas de su ideología, quiénes son los franquistas y la perviviencia del franquismo después de Franco, tanto en los grupos políticos como en la sociedad civil.
Como siempre, recuerdo que con estas líneas no se pretende establecer ninguna tesis sino exponer una serie de ideas surgidas al calor de lo que está ocurriendo ahora y vistas bajo el prisma de sus antecedentes históricos, que pueden ser completadas o negadas con las reflexiones de quienes las lean.

Las etapas del franquismo
La dictadura implantada por Franco en España perduró desde el comienzo de la Guerra Civil en 1936, hasta su muerte el año 1975. Si bien durante todo este tiempo el régimen se sustentó en una serie de ideas que permiten reconocer el franquismo como una unidad, sin embargo muchas de estas ideas se fueron midificando dependiendo de los cambios que se produjeron en el ámbito internacional o las circunstancias cambiantes de la sociedad y la economía española. El principio fundamental de Franco fue adaptarse a las circunstancias para mantenerse en el poder.
La mayoría de los historiadores coinciden en señalar tres etapas durante el franquismo. Así distinguen un primer franquismo que iría desde 1936 hasta 1959, es decir desde su implantación en la zona en la que triunfó la sublevación hasta el plan de estabilización económica. Un segundo franquismo desde 1959 hasta 1973. En este periodo se produjo el reconocimiento internacional de Franco como baluarte anticomunista en el contexto de la guerra fría. Por último el periodo conocido como tardofranquismo abarca los dos últimos años de la dictadura.
Durante la Guerra Civil se fue consolidando el régimen dictatorial que los sublevados contra la República habían empezado a construir desde 1936. Durante esta primera etapa del franquismo se produce la configuración inicial del régimen y una vez terminada la Guerra Civil, el apoyo a las potencias del Eje durante la Guerra Mundial. En estos años existe una clara identificación con la doctrina fascista. Es la época de la hegemonía de la Falange. Una vez terminada la guerra y tras la derrota de las potencias del Eje, las potencias vencedoras realizan, al menos aparentemente, una política de aislamiento del régimen franquista. La ONU condena el régimen de Franco y se produce la retirada de embajadores. A pesar de esa política de aislamiento, investigaciones recientes han descubierto contactos secretos entre la administración estadounidense y Franco ya en 1947. Hay que tener en cuenta que la España franquista, una vez acabado el segundo conflicto mundial, inmediatamente se ofrece como avanzada anticomunista en defensa, paradójicamente, del “mundo libre”. Como reacción a esa política de aislamiento, el franquismo intenta un cambio de imagen. La hegemonía de la Falange es sustituida por la de los católicos y se retiran algunos de los símbolos franquistas más claramente identificables con el fascismo. A partir de 1953 tiene lugar el reconocimiento internacional del régimen de Franco. Se realizan los acuerdos con EE.UU. por los que se crean las bases norteamericanas en suelo español, a cambio de su reconocimiento. También se aprueba el concordato con el Vaticano y España es admitida en algunas organizaciones internacionales.
Durante la Guerra Civil, los sublevados realizaron una represión planificada de cuantos se habían opuesto a la sublevación militar y que eran considerados enemigos de España. Una vez terminada la guerra, la represión se mantuvo durante todo el franquismo. El Ejército fue el principal agente ejecutor de esta política de represión y la mayoría de las causas fueron juzgadas en consejos de guerra. En 1963 se creó un órgano específico para la represión, el Tribunal de Orden Público. Muchos de los condenados fueron ejecutados. Otros fueron destinados a realizar trabajos forzados en Batallones de Trabajadores. En los casos juzgados menos graves eran depurados tanto trabajadores públicos como de empresas particulares. Para evitar esta represión, cientos de miles de españoles salieron de su tierra convirtiéndose, algunos para toda su vida, en exiliados.
Durante la Guerra Civil Franco contó con el apoyo de una parte muy importante de la Iglesia, que bautizó la sublevación como una Cruzada contra los enemigos de la religión. El declive de la Falange tras la derrota de las potencias del Eje en la Guerra Mundial, dio paso a una mayor influencia de los sectores católicos, configurándose una de las características fundamentales del régimen franquista, el nacionalcatolicismo.
En lo económico, la primera etapa del franquismo se caracteriza por el intento del régimen de conseguir una autosuficiencia económica, aislándose del exterior y con una fuerte intervención del Estado. Es lo que se conoce como autarquía. Las consecuencias fueron un profundo agravamiento de la crisis económica, ya de por sí importante como consecuencia de la guerra, el racionamiento hasta 1952 y la proliferación del mercado negro que permitía a los que tenían suficientes medios económicos, acceder a productos que estaban vedados para la mayoría de los españoles.
A partir de 1957 el predominio en el gobierno lo tienen los llamados ministros tecnócratas, en su mayor parte provenientes del Opus Dei. Practicaron una política económica que disminuía el intervencionismo del Estado en la economía y facilitaron la liberalización comercial y financiera. Es lo que se conoce como Plan de Estabilización. Entre 1959 y 1973 España tuvo un importante desarrollo económico. La mejora en las condiciones de vida, unido al crecimiento del turismo, que traía consigo la presencia de numerosos extranjeros que vivían en estados democráticos y la fuerte emigración a esos mismos estados europeos, produjo una cierta apertura del régimen, pero en ningún caso se planteó una vuelta a la democracia. Sin embargo, lo que si fue evidente fue una mayor contestación social y un fuerte crecimiento de la oposición interna. Continuó la represión sistemática de cuantos se oponían al régimen; a pesar del alejamiento del franquismo de una parte de la Iglesia, el nacionalcatolicismo siguió siendo una de los pilares ideológicos fundamentales del franquismo y Franco continuó ejerciendo el autoritarismo y el caudillismo con el que comenzó su régimen.
En los últimos años de Franco, en el que era cada vez más evidente la decadencia física del dictador, se produjo el enfrentamiento entre los que defendían la permanencia del régimen, conocidos como inmovilistas, y los que eran partidarios de una cierta y gradual apertura, eran los llamados aperturistas. En este contexto se afianzaron las posturas de un grupo de falangistas, militares y políticos del régimen, que defendían la inalterabilidad de los principios del 18 de julio y que formaban lo que se llamaba el búnker. La presión de la oposición iba en aumento, pero también se produjo un recrudecimiento de la represión. En 1974 fue ejecutado el joven anarquista Puig Antich y al año siguiente cinco activistas de ETA y del FRAP.
El 20 de noviembre de 1975 moría Franco, pero no así el franquismo.

La ideología del franquismo
A pesar de las distintas etapas por las que pasó, durante toda la dictadura se mantuvieron una serie de principios que podemos llamar la ideología del franquismo. Entre estos principios podemos destacar como los más importantes:
El totalitarismo. El franquismo nació como una dictadura inspirada en el modelo fascista italiano y alemán. Se suprimió la Constitución de 1931 y con ella, todas las garantías individuales y colectivas. Se clausuró el Parlamento y se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos. Sólo se permitió la existencia de un partido único y de un único sindicato oficial.
El caudillismo. Franco, investido con el título de Caudillo de España, era el jefe del Estado y, durante muchos años, también fue el presidente del gobierno. Además era Generalísimo de todos los ejércitos y jefe nacional del partido.
El militarismo. El dictador concebía a España como un gran cuartel en el que la obediencia a las distintas formas de jerarquía social eran la base de la vida social. Eso iba unido a una concepción del ejército como salvador de España, sobre todo frente a los españoles que consideraba agentes disolventes de la patria y de la unidad nacional.
La concepción unitarista y centralista del Estado. El franquismo abolió los estatutos de autonomía y fomentó la españolización de la población de los territorios influidos por los nacionalismos catalán, vasco y gallego.
La represión de la oposición. Se inició con la persecución de los simpatizantes con la causa republicana y continuó durante todo el franquismo de una manera constante y planificada.
El nacionalcatolicismo. Suponía una estrecha relación entre política y religión. El régimen se identificaba con el integrismo católico y el destino del país se ligaba a la fe católica. Se inició en plena Guerra Civil con la Carta Colectiva del Episcopado español, que legitimaba la sublevación y le reconocía el carácter de Cruzada, pero se mantuvo, con diversos matices, durante toda la dictadura.
El control de los medios de comunicación, que estaban sujetos a una rígida censura y eran utilizados como un aparato de propaganda franquista.
La España imperial. Para Franco los mejores momentos de la historia de España fueron aquellos en los que consideraba que había sido un imperio civilizador, que llevó la cultura y la religión a las tierras americanas y fue martillo de herejes frente a los protestantes en Europa. Era ese modelo de España el que quería imponer a todos los españoles.

Los franquistas

Es muy común identificar el franquismo con la figura de Franco. Pero si bien la figura del dictador fue fundamental en este periodo, sería una simpleza pensar que el régimen fue posible tan sólo por la personalidad del militar golpista. El régimen franquista necesitó de la existencia y actuación de un heterogéneo grupo de personas y colectivos que podemos calificar como franquistas. Franco fue capaz de liderar a esos grupos asumiendo y defendiendo sus ideas para alcanzar y mantenerse en el poder con el uso de la fuerza. Sin los franquistas no habría sido posible el franquismo. Sin embargo la permanencia de esas ideas que englobamos bajo el denominador común de franquismo, permiten pensar que puede haber franquismo sin Franco. 
Como he señalado anteriormente, la sublevación no habría triunfado, y Franco no habría establecido y mantenido la dictadura, sin el apoyo de instituciones y colectivos que colaboraron para el triunfo de la sublevación y el mantenimiento de la dictadura. Desde el principio la sublevación contó con una parte del ejército que, según la tradición militar española, se constituyó en salvador de la patria y garante de su unidad, a costa de provocar la muerte de cientos de miles de españoles a los que paradójicamente decía querer salvar. La Falange fue creada durante la República, a imitación de los grupos fascistas italianos y pretendía instaurar en España un estado totalitario como el que presidía Mussolini en Italia. Los falangistas tuvieron un importante papel en la represión de los republicanos, especialmente durante la Guerra Civil, pero mantuvo un importante papel durante toda la dictadura. Tras su fusión con los tradicionalistas y las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista Franco lo convirtió en el partido único. Los falangistas se encargaron de dotar al régimen de sus bases ideológicas, de controlar los medios de comunicación y de suministrar una buena parte de los cargos de la administración.
Los monárquicos, tanto carlistas como alfonsinos, prestaron su colaboración para intentar restaurar la monarquía. Incluso Juan de Borbón, heredero de la Corona española y padre de Juan Carlos I, se ofreció a Franco para participar activamente en la contienda, aunque fue rechazado. Durante la dictadura no dejaron de conspirar para recuperar los derechos dinásticos al trono, aunque colaboraron activamente con el franquismo.
La Iglesia se convirtió en el principal soporte ideológico del franquismo. Desde el principio manifestaron su apoyo a los sublevados calificando el alzamiento militar como una cruzada frente a los enemigos de la religión. A cambio de este apoyo, la Iglesia obtuvo una financiación pública muy generosa (en 1939 se reinstauró el presupuesto de "culto y clero"), el control casi total del sistema educativo y el predominio de los valores y la moral católica en el conjunto de la sociedad española.
Las élites económicas y sociales (terratenientes, empresarios, financieros, comerciantes, algunas profesiones liberales...), apoyaron al franquismo desde el comienzo. En los inicios de la sublevación la aportación de algunos banqueros fue fundamental para sufragar los gastos de las primeras operaciones militares. Con la dictadura recuperaron el poder económico, social y político perdido durante la Segunda República.
Las clases medias, si bien acogieron con entusiasmo el advenimiento de la República, sobre todo las más ilustradas, durante la Guerra Civil se sintieron desbordadas por la revolución social. Así, a pesar del rechazo ideológico y político que la dictadura inspiraba en los sectores más democráticos, el trauma de la guerra convirtió a parte de la clase media en pasiva y apolítica, cuando no abiertamente colaboradora.
Una buena parte de los sectores populares se consideraban perdedores de la Guerra Civil y fueron los primeros protagonistas de la oposición al franquismo. Sin embargo, la represión, el miedo y el control policial, junto con el hambre, la miseria y el afán de supervivencia, condujeron a la mayor parte de las clases populares a la pasividad política, formando parte de lo que durantre el franquismo se llamó la mayoría silenciosa.

La permanencia del franquismo después de la muerte de Franco
A la muerte del dictador, una parte de los sectores que habían protagonizado el franquismo negoció con la oposición una salida de la dictadura sin tener que dar cuenta de su actuación durante la larga noche de la dictadura. Fue la llamada Transición, cuyo principal resultado fue la elaboración de la Constitución democrática de la que ahora se cumplen cuarenta años. Otra parte se negó a admitir el fin de la dictadura y estaban dispuestos a mantener el régimen utilizando cualquier medio. Proliferaron los grupos de extrema derecha, algunos extremadamente violentos.
Fuerza Nueva fue creada por Blas Piñar en 1976. Durante la Transición participó en numerosos atentados contra miembros de partidos de izquierdas. Se presentó a las elecciones y en 1979 obtuvo un diputado en la persona de su fundador. Se disolvió en 1982 como consecuencia del fracaso electoral en las elecciones de ese año y las deudas del partido. En su programa defendía un Estado nacional basado en la ideología y la doctrina del 18 de julio, bajo la unidad de mando de la Monarquía. Eso suponía, entre otras cosas, el reconocimiento a la obra de Franco, la vuelta al Estado confesional católico, el sindicato vertical único, la defensa a ultranza de la unidad nacional y de la familia unida e indisoluble. En la práctica proponía la continuidad del franquismo, sin Franco.
Muchos de sus militantes participaron con los llamados Guerrilleros de Cristo Rey en una serie de atentados con un doble objetivo: preservar el espíritu del 18 de julio y el inmovilismo político, y el de atacar cualquier síntoma de cambio democrático.
Alternativa Española se creó en el entorno de Fuerza Nueva en 2003, asumiendo algunas de las propuestas de dicho partido y especialmente en su vertiente afín al catolicismo fundamentalista.
El Frente Nacional se creó en 2006. Considerado por algunos heredero de Fuerza Nueva, con quien comparte sus siglas. Se disolvió en 2011 y muchos de sus militantes se integraron en Alternativa Española.
El Partido Familia y Vida se fundó en 2002 y muchos de sus militantes habían estado afiliados al PP. Su ideario tiene una clara influencia católica y en su programa electoral se afirma que “pretende, fundamentalmente, defender la familia y la vida en el ámbito del poder legislativo”.
También en 2002 se fundó España 2000, que actualmente tiene alguna representación municipal. Se autodefine como «populista, social y democrático», aunque en su discurso defiende el autoritarismo y el nacionalismo español.
Alianza Nacional se fundó en 2006. Se declara heredera ideológica de los fascismos europeos, poniendo un especial énfasis en la xenofobia y la homofobia. Se ha presentado a varios comicios electorales tanto municipales como nacionales, aunque no ha obtenido representación en ninguno. 
En 2011 el exbanquero Mario Conde fundó el partido Sociedad Civil y Democrática. Plantea la reforma de las estructuras del sistema, incluyendo la elaboración de una nueva Constitución. En 2012 se presentó a las elecciones gallegas, sin obtener representación y en las elecciones catalanas de ese año pidió el voto para Ciudadanos. En 2013 Mario Conde abandonó el partido y muchos de sus afiliados se pasaron a Vox. El partido no se presentó a las elecciones europeas de 2014 y de nuevo pidió el voto para Vox.
Pero el partido que podemos situar en la extrema derecha y que actualmente está teniendo más influencia es Vox. Se fundó en diciembre de 2013, aunque no se presentó públicamente hasta enero de 2014. En sus filas se integraron afiliados de otros partidos de extrema derecha así como militantes y dirigente del PP como el catalán Vidal-Quadras o el diputado autonómico extremeño Juan Antonio Morales. En septiembre de 2014 fue elegido presidente Santiago Abascal. En octubre de 2018 celebró en el palacio Vistalegre de Madrid un acto en el que participaron más de 9.000 asistentes y que tuvo gran repercusión mediática. Entre sus propuestas está la defensa de un Estado centralizado, sin autonomías, y la ilegalización de los partidos independentistas. En economía propone una economía ultraliberal, con la supresión o disminución de los impuestos. Se manifiestan en contra del aborto y de lo que llaman ideología de género. Son partidarios de políticas que detengan la inmigración ilegal y en cuanto a la relación con Europa se alinea con la postura defendida por los partidos europeos euroescépticos. Sondeos electorales recientes le atribuyen al menos un diputado en unas elecciones generales.
Si bien no se trata de un partido político, la Fundación Francisco Franco es una fundación privada fundada en octubre de 1976 que en su propia web establece sus fines, entre los que se encuentran: 
- Difundir y promover el estudio y conocimiento sobre la vida, el pensamiento, el legado y la obra de Francisco Franco Bahamonde, en su dimensión humana, militar y política, así como sobre las realizaciones de los años de su mandato como Jefe del Estado Español, Capitán General y Generalísimo de los Ejércitos.
- Difundir y promover el estudio y conocimiento del Estado que rigió los destinos de España entre los años 1936 y 1977.
Recientemente ha ocupado mucho espacio en los medios de comunicación por su postura contraria a la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos o la propuesta de ilegalización de los grupos que exalten el fascismo que ha realizado la eurocámara y entre los que se incluye a esta fundación.
Otro grupo de extrema derecha formado por jóvenes neonazis y que en las últimas fechas ha ocupado espacio en los principales medios de comunicación es el llamado Hogar Social Madrid. Han ocupado edificios vacíos y durante estas ocupaciones sus miembros realizaron recogidas y repartos de alimentos destinados a españoles de nacionalidad y origen. También cobijaron en su interior a varias personas sin hogar, pero sólo para españoles de origen. Otro acto protagonizado por este grupo fue el ataque a la Mezquita de la M-30 de Madrid. También se han creado grupos de Hogar Social en Granada y Toledo.
Todos estos grupos, aunque algunos de ellos no lo reconocen, defienden algunos de los postulados del franquismo, aunque últimamente están adquiriendo mayor relevancia las ideas que defienden la xenofobia y el racismo.
El auge de los partidos de extrema derecha, tanto en España como en el resto de Europa y, como estamos viendo estos días, también en América como es el caso de Brasil, está haciendo que partidos democráticos de la derecha española estén asumiendo en sus discursos y especialmente en sus mensajes en las redes sociales, algunas de las propuestas que defienden estos grupos de extrema derecha.

Pervivencia del franquismo en la sociedad civil
Una mirada global a las noticias que aparecen en los medios de comunicación y las redes sociales nos puede dar la sensación de que se está produciendo una recuperación de las ideas que fueron soporte del franquismo y que tan sólo hace unos pocos años era impensable que se manifestaran de forma tan explícita. Se está convirtiendo en un lugar común la condena de la política y especialmente de todos los políticos, sin realizar distinciones. Este rechazo genérico a todo lo que provenga de la actuación de los políticos y a los partidos, sin ofrecer alternativas, puede acabar en rechazo a la misma democracia. Por otra parte frente a las pretensiones independentistas que defiende una parte de la sociedad catalana, son cada vez más frecuentes las reacciones de grupos y colectivos que de la defensa de la unidad de España pasan a la negación de la diversidad de los distintos territorios que configuran España y por tanto de la autonomía, volviendo al concepto de la España uniforme y centralizada que se defendía durante el franquismo. En cuanto a la visión sobre el pasado de España se está produciendo una revisión de la historia, desempolvando viejos conceptos como la Reconquista o la Hispanidad, sin ningún atisbo de autocrítica y con total ausencia de rigor histórico. Ligado a este concepto supremacista del pueblo español, puede estar el rechazo a los emigrantes que, según piensan muchos españoles y se difunde como noticias falsas en las redes sociales, reciben cuantiosas ayudas económicas y de los servicios sociales por parte de la administración, que les son negados a los españoles de origen, lo cual es rigurosamente falso.
Esta difusión de noticias falsas que circulan por las redes, unido a la actividad de grupos de extrema derecha y el deslizamiento hacia posturas radicales de partido democráticos de la derecha, está propiciando la creación de estados de opinión favorables a principios autoritarios y xenófobos. Si bien actualmente parece impensable una vuelta al franquismo y lo que éste supuso en la historia reciente de España, no es descartable la asunción por la sociedad española de algunos de los postulados políticos que se impusieron durante el franquismo, adaptados a los nuevos tiempos, como está ocurriendo con los grupos de neofascistas que están teniendo cada vez más relevancia en muchos estados europeos.

Comentarios

  1. Muy conseguido y fácil de entender, aunque podías haber profundizado un poquito más en el movimiento obrero de los años 70/76 .Pero me ha gustado mucho . Salud y República

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

BREVE HISTORIA DEL TURISMO Y SUS CONSECUENCIAS

Israel

SETENTA ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS