LA DESBANDÁ (I)


LA MASACRE DE LA CARRETERA MÁLAGA-ALMERÍA. VERDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN

En diciembre de 2007 se aprobó la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura; una ley que es más conocida con el nombre de ley de memoria histórica. Uno de sus objetivos era servir de base para la elaboración de políticas públicas dirigidas a recuperar y dignificar la memoria y los valores de quienes fueron masacrados por su defensa de los valores democráticos. Más de diez años después, se comprueban las graves deficiencias de la normativa y, sobre todo, la nula voluntad política de su efectiva puesta en marcha por el Partido Popular. El mayor exponente de esa falta de voluntad es el hecho de que desde 2013 no se dedica ninguna partida para la Ley en los presupuestos generales del Estado.
Los principios de verdad, justicia y reparación han sido los que han inspirado a muchas de las asociaciones que pretenden la recuperación de la memoria histórica. Pero hasta ahora no se han tomado todas las medidas necesarias para que se conozca la verdad de lo ocurrido durante la mal llamada guerra civil y la dictadura que le siguió; los distintos gobiernos que se han sucedido en España han impedido que se haga justicia. No obstante quiero destacar los esfuerzos que está realizando la Junta de Andalucía con su Ley de Memoria Histórica y Democrática. La impunidad que se aprobó con la Ley de Amnistía del año 1977 sigue absurdamente en vigor cuarenta años más tarde y ni los principales responsables de las mayores atrocidades y graves violaciones de los derechos humanos cometidas, han respondido penalmente por sus hechos ni se ha restituido el honor de las víctimas acusadas de delitos que no habían cometido.
Una de estas atrocidades fue el asesinato de miles de malagueños que huían de la guerra en febrero de 1937. Durante los primeros días del pasado mes de febrero, la prensa provincial y nacional se ha hecho eco de los actos organizados por instituciones y por diversos colectivos, en conmemoración del 81 aniversario de lo que para muchos, sobre todo los malagueños, se conoce como la “desbandá”. Los hechos ocurrieron a partir de la madrugada del 7 al 8 de febrero de 1937. Cerca de 300.000 personas, según las últimas investigaciones de los historiadores Andrés Fernández y María Isabel Brenes, la mayoría mujeres, ancianos y niños, iniciaba una angustiosa huida desde Málaga sitiada por tropas marroquíes e italianas, camino de Almería que aún era zona republicana. Comenzaba así una de las mayores tragedias de la guerra, que costó la vida a más de 5.000 personas, vilmente asesinadas por los franquistas sublevados contra la República y por sus aliados italianos y alemanes.
A pesar de que en los últimos años se vienen realizando numerosas actividades coincidiendo con el aniversario de estos hechos y se están publicando estudios e investigaciones sobre los mismos, creo que todavía no son suficientemente conocidos por el gran público y, sobre todo, creo que conviene analizar lo que representa ese tipo de actuaciones para comprender sobre qué bases éticas e ideológicas se sustentó la sublevación contra la Segunda República y la dictadura que le siguió. Y también para comprobar, una vez más, que no fue una guerra entre dos bandos sino, sobre todo, la opción de exterminio por parte de las tropas de Franco, con sus aliados italianos y alemanes, contra la parte de la población que se mantuvo fiel a la legalidad que representaba la república.
En las próximas líneas pretendo describir los hechos que ocurrieron basándome en algunos de los trabajos que han investigado esta masacre. Las imágenes que acompañan al texto pertenecen a la serie de fotografías que el médico canadiense Norman Bethune tomó cuando realizaba una labor humanitaria que salvó muchas vidas y fue el primero en dar la noticia de los crímenes que se estaban cometiendo. Al traer a mi blog estos hechos no me mueve el deseo de reabrir viejas heridas, que por otra parte no han sido totalmente cerradas. El objetivo es totalmente coherente con el título de este blog: conocer el pasado, también el más doloroso, para entender el presente. Objetivo especialmente necesario cuando algunos pretenden reinterpretar el pasado para justificar sus posturas actuales o enterrarlo como si nunca hubiera ocurrido. Sirva este trabajo como un modesto homenaje a las víctimas inocentes de esta tragedia.

Comentarios

  1. Creo que ya he expuesto al autor de este texto mi opinión sobre la Ley de la Memoria Histórica. No me ha parecido nunca oportuna ni saludable. Es decir, pienso lo contrario de lo que se desprende de este escrito y de las intenciones de los políticos que dieron a luz esa norma. Me explico: de acuerdo con el nombre del blog, creo que el pasado se debe investigar lo más objetivamente posible y de la forma más exhaustiva posible. O sea, lo que realizaron TODOS los bandos, partidos, sindicatos, organizaciones, autoridades, fuerzas de seguridad, jueces, etc., etc., con objeto de conocer ese pasado. Cuando digo TODOS es TODOS. Y me imagino que habrá mucha materia para los estudiosos e investigadores, QUE SON QUIENES TIENEN LA RESPONSABILIDAD DE HACERLO con fines y métodos científicos. No, los políticos y asimilados, redactando una ley, que además no contó con el respaldo unánime, si no recuerdo mal. Los políticos buscaban y buscan resucitar los odios y los enfrentamientos que el tiempo ha ido dulcificando (y es bueno que así sea), volver a aquello de los buenos y los malos, los culpables y los inocentes (diferencias de hacer corresponder con grupos o partidos). En resumen, que investiguen el pasado los investigadores de todo signo y los políticos, que nos resuelvan los problemas del presente. Siento haberme extendido un poco.

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  2. Antonio P. García8 de marzo de 2018, 20:25

    Gracias por tu comentario José Antonio. Evidentemente la intención de la ley de memoria histórica no es resucitar odios. Otro tema será el uso que alguien dé a la ley. Lo cierto es que si aquí hubiera ocurrido como en Alemania o Italia y se hubieran pedido responsabilidades a los que cometieron delitos, no haría falta rescatar del olvido a las víctimas. En cualquier caso lo que pretendo en esta entrada del blog es dar a conocer las investigaciones históricas sobre un hecho que ocurrió en la guerra. He procurado utilizar fuentes científicas y fiables y ser lo más objetivo posible. En cualquier caso te agradeceré tus opiniones, que siempre me serán útiles. Saludos.

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  3. Es mi modesta opinión la que quiero plasmar , me agrada mucho el trabajo realizado por Antonio , ya que lo veo muy interesante y muy bien documentado. No entiendo el comentario o critica que se le hace por José Antonio, que los políticos u asimilados no puedan investigar o estudiar cosas relacionadas con los atropellos cometidos contra un pueblo que huye aterrorizado por el fascismo es incomprensible. Sres., no eran bandos de un lado o de otro, era una DEMOCRACIA y llegó un golpista y la aplastó, y masacró a un pueblo durante más de 40 años. Estas cosas hoy se comentan con mas o menos acritud. Pero si los que hoy nos manifestamos por la pensión que prácticamente somos los mismos que lo hicimos durante la transición, hubiésemos también pasado factura con todas sus consecuencias, hoy no tendríamos que recurrir a leyes de memoria histórica, pero no se fue capaz de ponerle el cascabel al gato y ya es tarde. Salud y Progreso.

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