FEMINISMO



Estamos ante un claro intento de involución en los avances conseguidos en los temas de igualdad de la mujer respecto al hombre. En España, tras más de cuarenta años de democracia, parecía que habíamos llegado a un consenso generalizado sobre una serie de temas relacionados con el feminismo, tanto entre las fuerzas políticas como en la sociedad civil. Conceptos como patriarcado, machismo, violencia de género, feminismo… pertenecían al acervo común y eran utilizados y admitidos por la mayoría de la sociedad. Sin embargo el ascenso de fuerzas políticas de la extrema derecha como VOX parece haber roto ese consenso y tanto en los discursos políticos, como muy especialmente a través de las redes sociales, empiezan a utilizarse otros conceptos, claramente antifeministas, como ideología de género, dictadura feminista, hembrismo, feminazis o violencia doméstica en lugar de violencia de género, que pretenden poner en cuestión y producir una involución en las conquistas que en el camino de la igualdad entre hombres y mujeres se han venido alcanzando y en las que han tenido un papel fundamental los grupos feministas. Estas propuestas antifeministas parecen haber contagiado a otros partidos de la derecha como el PP, que hasta hace bien poco no ponían en cuestión estos avances democráticos, e incluso a Ciudadanos a pesar de su supuesto ideario liberal y centrista. Como consecuencia, las redes sociales se están llenando de mensajes en los que se falsean datos sobre los casos de violencia sufrida por las mujeres a manos de sus parejas o exparejas, agresiones sufridas por hombres a manos de mujeres o denuncias falsas de mujeres.
Todas estas razones justifican que echemos la mirada atrás para conocer el pasado del feminismo y entender su presente. Por tanto, en esta entrada pretendo hacer un breve recorrido por la historia del feminismo así como proponer un glosario sobre términos relacionados con el mismo para analizar críticamente muchos de los mensajes que se vierten tanto en la prensa como en las redes sociales. Como siempre, el objetivo de estas líneas es provocar una reflexión serena y documentada sobre el feminismo y aportar una serie de datos y conceptos que nos permitan analizar las opiniones que nos llegan y elaborar nuestra propia opinión.

Antecedentes históricos del feminismo
Durante la mayor parte de la historia la mujer ha ocupado un papel secundario respecto del hombre, sujeta a sus designios y sin libertad para actuar de forma independiente de su tutela. En la Antigüedad Clásica se relegaba socialmente a la mujer. Tanto Aristóteles como Platón, por citar a los dos filósofos que más influyeron en la cultura occidental, coinciden en considerar a la mujer inferior al hombre. Durante la Edad Media, con el aplastante predominio de la Iglesia en todos los aspectos de la vida, la mujer, considerada causa del pecado original, ve agravada su situación recluida en el ámbito doméstico o religioso. El importante renacer de la cultura clásica que se vivió durante el Renacimiento y los grandes avances, tanto en aspectos sociales como científicos, que se produjeron en este tiempo, en poco beneficiaron a la situación social de la mujer. Ciertamente en todas estas épocas de la historia hubo mujeres sobresalientes prácticamente en todos los campos, pero no hay constancia de que se manifestara una conciencia colectiva de su papel dependiente ni propuestas que pretendieran sacar a la mujer de esta situación de desigualdad. Hubo que esperar al siglo XVIII y a la aparición de las ideas ilustradas para que se manifestaran las primeras ideas precursoras del feminismo, como consecuencia de la declaración de igualdad universal en el contexto de la democracia liberal. 
Olympe de Gouges
Por tanto los primeros antecedentes del feminismo se encuentran en lo que podríamos llamar feminismo ilustrado. Eso no quiere decir que la Ilustración fuera feminista. De hecho uno de los principales representantes de la Ilustración, Rousseau, negaba la igualdad entre hombres y mujeres. Un primer precedente lo encontramos en el filósofo Poulain de la Barre, quien ya en el siglo XVIII defendió la igualdad entre los sexos ya que, en un contexto claramente cartesiano, afirmaba que la mente no tiene sexo y por tanto hombres y mujeres deben tener los mismos derechos y recibir la misma educación. En los Cuadernos de Quejas que se debían debatir en los Estados Generales franceses de 1789, aparecen escritos de mujeres que manifestaron el deseo se ser consideradas “ciudadanas autónomas” con capacidades e inteligencia propias. En esos Cuadernos encontramos textos que afirmaban: “Y nosotras también somos ciudadanas ¿No tenemos acaso bajo ese título nuestras leyes tanto como nuestros deberes?”; Madame Bastille afirmaba que “… querer ser feliz por la libertad es propio de las grandes almas; pero considerad que vuestra felicidad depende absolutamente de la felicidad de las mujeres”; en el periódico Étrenne Nationales des Dames aparece el 30 de noviembre de 1789 el siguiente texto “En esa masa de oprimidos ¿no hay por lo menos la mitad del sexo femenino? Y esta mitad ¿debe ser excluida, con igual mérito, del gobierno que hemos retirado a criaturas que abusaban de él?” Los objetivos de igualdad jurídica, libertades y derechos políticos que perseguía la Revolución francesa, no afectaron a las mujeres, lo que dio origen a movimientos de mujeres para alcanzarlos en pie de igualdad con los hombres.
En Inglaterra Mary Wollstonecraft publicó Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792) en la que hace un alegato contra la exclusión de las mujeres. Esta obra es considerada el primer clásico del feminismo. La clave para la liberación de la mujer la pone en el acceso a la educación, lo que a su vez permitiría su independencia económica. En Francia se publicó la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, redactada por Olympe de Gouges (1791). Ante el olvido que la Revolución francesa había hecho de las mujeres, reclamaba libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho al voto, para las mujeres. Finalmente murió ejecutada en la guillotina. Pero ninguna de estas obras tuvo mayor repercusión más allá de un reducido círculo de personas.
El Código Civil napoleónico (1804) negó a las mujeres los derechos civiles reconocidos para los hombres e impuso leyes discriminatorias. Las mujeres eran consideradas menores de edad, siempre bajo la tutela de un varón. Se establecieron delitos específicos para la mujer como el aborto o el adulterio y se las excluyó de los niveles educativos más allá de la formación básica. A pesar de esa primera derrota del feminismo incipiente, muchas mujeres tomaron conciencia de su pertenencia a un colectivo oprimido. En España fueron las Sociedades Económicas de Amigos del País las que difundieron las ideas ilustradas. Aunque fueron pocos los ilustrados españoles que reconocieron el papel de la mujer en la sociedad, las Juntas de Damas fueron los órganos de participación de las mujeres en algunas de estas Sociedades, en las cuales propiciaron una educación básica para las mujeres a través de las llamadas Escuelas Patrióticas.
Después de estos precedentes una primera ola en la historia del feminismo la representa el feminismo liberal sufragista. En EE.UU. las mujeres, que había participado en la lucha por la independencia y en el movimiento aniesclavista, empezaron a ocuparse de cuestiones políticas y sociales. En el Congreso Antiesclavista Mundial celebrado en Londres en 1840, el Congreso se negó a reconocer como delegadas a cuatro mujeres, pero en 1848 organizaron en Nueva York la Convención Séneca Falls. Allí se aprobó la Declaración de Sentimientos de Séneca Falls, considerado uno de los textos básicos del sufragismo americano. En ella se denunciaba la discriminación sufrida por las mujeres, simplemente por el hecho de serlo, se pronunciaba por la igualdad entre mujeres y hombres, se elaboró un esquema de reivindicaciones exigiendo igualdad en salarios y opciones laborales, derecho a inaugurar y administrar negocios o bienes, el derecho a la participación política libre y a la educación igualitaria. El sufragismo tenía dos objetivos: el derecho al voto y los derechos educativos. El movimiento sufragista en Inglaterra surgió en 1851 e intentaron seguir procedimientos democráticos en la consecución de sus objetivos durante casi cuarenta años. En 1903, las sufragistas cambiaron de estrategia y pasaron a la lucha directa. Fueron encarceladas y recurrieron a la huelga de hambre. En 1928 fue aprobada la ley de sufragio femenino. En EE.UU. ese derecho se consiguió en 1920. 
Una de las pioneras del movimiento feminista en España fue Concepción Arenal,
Clara Campoamor
quien en 1869 publicó
La mujer del porvenir, criticando las teorías sobre la inferioridad femenina y reivindicando el derecho de la mujer a la educación en todos los niveles. En los años veinte del pasado siglo existían varias asociaciones feministas de diferente signo y sus temas prioritarios eran la educación de las mujeres, la reforma del Código Civil y el derecho al voto. Una de las principales impulsoras del sufragio femenino fue Clara Campoamor. En la Constitución republicana de 1931 se reconoce el derecho al voto de las mujeres, que pudieron ejercerlo por primera vez en las elecciones de 1933.
El marxismo abordó la “cuestión femenina” y ofreció una explicación a la opresión de las mujeres: el origen de su subordinación no estaría en causas biológicas, sino sociales. En consecuencia, su emancipación vendría por su independencia económica. Una de las figuras más relevantes que inspiraron el feminismo de izquierdas fue Rosa Luxemburgo, de la que en este año se cumple el centenario de su asesinato. Afirmaba que «Quien es feminista y no es de izquierdas, carece de estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad». Rosa no era estrictamente feminista, sino que consideraba que era necesario «repensar la condición humana por encima de la cuestión de género». Su pensamiento fue trasladado a los movimientos feministas.
La prosperidad económica que tanto en Europa como en los EE.UU. se vivió durante los años veinte del pasado siglo, supuso un cambio en las costumbres que también afectó a las mujeres, incluso en la forma de vestir y especialmente en su participación en la vida social. El auge de los fascismos en Europa que se produjo a partir de los años treinta trajo consigo un importante retroceso en la lucha por la emancipación de las mujeres. Tanto el nazismo como el fascismo pretendían que las mujeres ocuparan exclusivamente el papel de madres y esposas. Esto se agravó en el caso de España donde tras el periodo de libertades que se vivió durante la Segunda República, la dictadura franquista y el nacional catolicismo imperante relegaron a la mujer al ámbito doméstico. Durante la Segunda Guerra Mundial las mujeres ocuparon en las fábricas los puestos que venían ocupando los hombres y que ahora estaban en el frente luchando. En EE.UU. el icono cultural y feminista de este tipo de mujeres lo representaba la figura de Rosie The Riveter. Una vez finalizada la guerra, los gobiernos y los medios de comunicación hicieron campaña a favor de la vuelta de las mujeres al seno del hogar familiar, abandonando los trabajos que habían ocupado mientras los hombres luchaban en la guerra; pero se encontraron con la oposición de las mujeres, que pretendían mantener su libertad y su independencia.
Rosie The Riveter
A partir de los años sesenta del siglo XX tiene lugar la que se considera segunda ola del feminismo. En este caso los objetivos se centran en la igualdad de hecho con los hombres en todos los campos y los derechos de la sexualidad femenina. Ya en 1949 Simone de Beauvoir había publicado El segundo sexo. En el libro analiza a las mujeres como el otro, el sexo femenino es la otra cara del espejo de la evolución del mundo masculino. La frase que mayor repercusión tuvo en el movimiento feminista fue “Mujer no se nace, se hace” haciendo hincapié en el hecho de que las diferencias entre el papel que ocupan hombres y mujeres no se deben a causas naturales sino culturales e históricas. En 1963 Betty Friedan publicó La Mística de la feminidad. En 1966 pasó a la acción y creó la Organización Nacional de Mujeres (NOW), llegando a ser la organización feminista más influyente. Era un ejemplo del feminismo liberal que definía la situación de las mujeres como de desigualdad y no como un caso de opresión y explotación y por defender la reforma del sistema hasta lograr la igualdad entre los sexos. Sin embargo el feminismo radical surge como oposición al liberalismo. Una de las principales representantes de este movimiento fue Kate Millet, quien en su obra Política sexual defiende el origen cultural del patriarcado. En los años setenta surge el Movimiento de Liberación de la Mujer. Consideraban que su liberación debía realizarse de forma independiente de los hombres, pero pronto aparecieron diferencias en el movimiento. Así para las “políticas” la opresión de las mujeres deriva del capitalismo y consideraban el feminismo un ala más de la izquierda y las “feministas” se manifestaban contra la subordinación a la izquierda, ya que identificaban a los hombres como los beneficiarios de su dominación.
A finales de los años ochenta surge lo que algunos llaman la tercera ola del feminismo. Se pone en cuestión que exista un único modelo de mujer y se hace hincapié en las diferencias étnicas, culturales o económicas de las mujeres. En este contexto surge el ecofeminismo como una corriente que defiende una sociedad en la que se viva en armonía con la naturaleza, igualitaria, no jerarquizada y pacifista. En enero de 2017, coincidiendo con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los EE.UU., autor de una larga serie de comentarios machistas en las redes sociales, tuvo lugar una gran marcha de mujeres en Washington y en otras muchas ciudades de todo el mundo bajo el lema “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”. En octubre del mismo año a raíz de una serie de denuncias sobre acoso sexual, principalmente en el entorno del mundo artístico de Hollywood y en el que destaca el llamado caso Weinstein, se inició un movimiento en las redes sociales con el hastag #MeToo (yo también) en el que mujeres de todo el mundo denunciaron casos de acoso sexual.

En algunos países se crearon organismos de igualdad que consiguieron dar mayor visibilidad a las mujeres a través de mecanismos como el sistema de cuotas, la paridad o elementos de discriminación positiva. Sin embargo el ascenso de fuerzas populistas de extrema derecha ha supuesto un intento de demonización del movimiento feminista. La contundencia con la que se presenta el feminismo actualmente, se ha convertido en una amenaza para el estatus y privilegios, tanto de aquellos individuos que los disfrutan como de ciertas instituciones tradicionales que sobreviven gracias a una estructura patriarcal. Es precisamente la naturaleza subversiva del movimiento feminista la que provoca su rechazo por miedo a un posible “efecto dominó” que desestabilice todas las estructuras de poder y privilegios. En España ese discurso lo utiliza principalmente Vox. Niega la existencia de brecha salarial, considera que muchas de las denuncias de maltrato que realizan las mujeres son falsas y sólo tienen como objetivo conseguir ventajas y que se ocultan las cifras reales de hombres maltratados por sus mujeres. Como consecuencia están en contra de que se invierta dinero público en proteger a las mujeres ya que dice que existe una violencia doméstica que afecta a hombres y mujeres, negando que exista una violencia de género que que sufren las mujeres por el hecho de serlo. Para combatir el feminismo utiliza conceptos como “ideología de género” que está produciendo una “dictadura feminista”o “feminazis” para calificar a las mujeres que defienden posturas feministas.
 
Glosario feminista
En el entorno del feminismo se utiliza una serie de términos, que no siempre están claros para todo el mundo y algunos de los cuales se usan para denostar las propuestas feministas. Evidentemente son tan sólo algunos de los términos que más se utilizan y seguramente en las redes podrás encontrar otras definiciones y otros términos. Valga este listado de definiciones para provocar una búsqueda más personalizada y que sirva para despertar el interés por un tema que a todos y a todas, hombres y mujeres, nos interesa.

Androcentrismo: Visión del mundo que sitúa al hombre como centro de todas las cosas.

Discriminación positiva: Consiste en aplicar políticas, planes, programas o acciones encaminadas a combatir los efectos de la discriminación hacia personas o grupos desfavorecidos. En este caso hacia la mujer.

Feminazis: Palabra compuesta por los términos feminista y nazi. Se aplica en sentido despectivo y ofensivo por personas y grupos de extrema derecha a las mujeres que defienden posturas feministas.

Feminismo: Un proyecto de liberación personal que plantea como objetivo fundamental poner en manos de las mujeres el control sobre sus propias vidas y su propio cuerpo, es decir, restaurar el sentido de autonomía en la vida de las mujeres.

Feminismo radical: Opción feminista que pretende tomar las cosas por la raíz, es decir, ir a la raíz de la opresión. Acuñaron el eslogan de “lo personal es político”, identificando como centros de la dominación áreas de la vida que hasta entonces se consideraban “privadas”.

Género: Se trata de una construcción cultural por la que se adjudican roles, actitudes y aptitudes diferentes a hombres y mujeres en función de su sexo biológico.

Ideología de género: Conjunto de ideas que desfiguran el feminismo oponiéndolo al de machismo. Surge en el seno de la Iglesia Católica y ha sido acuñado por grupos de extrema derecha que niegan la existencia de la violencia de género o las políticas en favor de la igualdad de la mujer.

Machismo: Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.

Micromachismo: Es un nivel especialmente perverso del machismo ya que se refiere a acciones sencillas, del día a día, que no favorecen la igualdad. Sería un machismo de menor intensidad. Consiste por ejemplo dar por hecho que quien tiene que cocinar es la mujer.

Misoginia: Ese término denomina el odio o aversión hacia las mujeres.

Violencia de género: Violencia que ejerce un hombre contra su pareja o expareja.

Patriarcado: Sistema u organización social de dominación masculina sobre las mujeres que ha ido adoptando distintas formas a lo largo de la historia.

Violencia doméstica: Actos o amenazas de violencia perpetrados sobre un miembro de la unidad familiar, en el hogar.

Violencia machista: Es la violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo. Si bien en muchos lugares del mundo los términos violencia de género y violencia machista suelen ser sinónimos, en España se suele usar este término para denominar cualquier violencia de un hombre contra una mujer por el simple hecho de ser mujer y no es necesario que exista una relación afectiva entre ellos.

Direcciones de interés:
Si tienes interés en profundizar más sobre el tema, puedes consultar alguna de estas páginas que aportan datos que considero interesantes sobre el feminismo y la violencia de género. Si investigas seguro que verás muchas más.
  • Informes del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer:
<http://www.violenciagenero.igualdad.mpr.gob.es/violenciaEnCifras/observatorio/home.htm>
  • Observatorio contra la violencia doméstica y de género del poder judicial:
<http://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Violencia-domestica-y-de-genero/El-Observatorio-contra-la-violencia-domestica-y-de-genero/>
  • Observatorio andaluz de violencia de género:
<http://www.juntadeandalucia.es/iamindex.php/2013-08-08-10-31-21/observatorio-andaluz-de-violencia-de-genero>
  • Voces visibles: Historia del feminismo en España:
<http://www.vocesvisibles.com/historia-del-feminismo/historia-del-feminismo-en-espana>
  • Web del Partido Feminista de España:
<http://partidofeminista.es/>
  • La Pluma Violeta. Revista sobre género e historia del feminismo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla:
<http://www.aulamagna.com.es/la-pluma-violeta-revista-upo/>


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