40 AÑOS DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS
El
3 de abril de 1979 se celebraron las primeras
elecciones municipales democráticas después
de cuarenta y ocho años, ya que las últimas se celebraron el 12 de
abril de 1931.
Culminaba
así un proceso por el que España se dotaba de las instituciones
básicas de carácter democrático, ya que sin ayuntamientos
democráticos, elegidos por la ciudadanía, difícilmente podía
hablarse de un estado democrático.
Los
ayuntamientos representan la estructura de poder más cercana a los
administrados y
las decisiones que se toman
en el Ayuntamiento inciden de forma directa en la vida de los
vecinos.Garantizan
los servicios y recursos básicos que hacen posible la vida en
comunidad, pero no son sólo
gestores y administradores de servicios y recursos, sino
que son órganos a través de los cuales se puede canalizar la
participación ciudadana de forma directa.
Ante la evidente
degeneración del sistema democrático en estos últimos años, con
una interminable secuela de casos de corrupción, con recortes no
sólo económicos sino también de libertades, la regeneración de la
vida democrática ha de iniciarse desde los ayuntamientos. Un
claro ejemplo de la importancia política que los ayuntamientos
pueden llegar a tener lo
encontramos en las
elecciones municipales celebradas en España el doce de abril de
1931, de cuyos resultados se derivó la sustitución de un Estado
monárquico por otro republicano.
Con
esta entrada pretendo conmemorar esta importante efemérides
analizando las circunstancias en que se convocaron las primeras
elecciones municipales de carácter democrático tras el fin de la
dictadura. También se
analiza la evolución que en estos cuarenta años ha tenido la vida
municipal y
los resultados electorales que han obtenido los partidos políticos
que han participado en las elecciones municipales. La entrada termina
con unas conclusiones sobre este proceso. Espero que estas líneas te
resulten útiles para entender la importancia de los ayuntamientos
para consolidar el sistema democrático y te animen a participar en
las próximas elecciones municipales.
Las
elecciones municipales de 1979
El
27 de enero de 1979 aparecía publicado en el BOE el Real Decreto
convocando elecciones municipales para el día 3 de abril.
Contrariamente a lo que ocurrió al finalizar la dictadura de Primo
de Rivera, el gobierno de Adolfo Suárez decidió convocar en primer
lugar elecciones legislativas para elegir el Congreso y el Senado.
Una vez aprobada la Constitución a través del referéndum de 6 de
diciembre de 1978, inmediatamente se convocaron elecciones generales
para el mes de marzo, en las que obtuvo la victoria la Unión de
Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez.
Desde
antes de la aprobación de la Constitución eran frecuentes los
pronunciamientos de los partidos de la oposición, así como de
muchos medios de prensa, reclamando la inmediata convocatoria de
elecciones municipales. Por otra parte muchos concejales y alcaldes,
que habían sido elegidos en las últimas elecciones franquistas,
habían presentado su dimisión y la vida municipal estaba
prácticamente paralizada. El 10 de julio de 1978, el PNV denunciaba
la tardanza en convocar elecciones municipales. El PSOE en su Comité
Federal de julio del mismo año también reclamaba la inmediata
convocatoria de estos comicios. La misma exigencia la realizaba el
PCE. Incluso el diario ABC denunciaba en su editorial la necesidad de
convocar cuanto antes estos comicios, sin los cuales no podría
hablarse de un sistema democrático.
El
gobierno se comprometió a convocar elecciones municipales a los
treinta días de aprobar la Constitución. El retraso en los debates
parlamentarios para aprobar el texto constitucional propició una
larguísima precampaña electoral y la sensación de un importante
retraso en la convocatoria de elecciones municipales. Fiel al
compromiso que había adquirido, antes de un mes de la aprobación
definitiva de la Constitución, que tuvo lugar el 29 de diciembre, se
convocaban elecciones municipales.
De
acuerdo con lo establecido en el Decreto-Ley de Normas Electorales de
1977, la campaña comenzó a
las cero horas del lunes 12 de marzo y
tendría una duración de veintiún días, finalizando a las cero
horas del día anterior al de las elecciones.
Según publicaba
el diario El
País
en su edición del 13 de marzo “La
primera jornada de la campaña para las elecciones municipales,
iniciada oficialmente ayer, transcurrió sin apenas actos electorales
y con una mínima oferta publicitaria en los medios de comunicación.
En Madrid sólo UCD puso en marcha su aparato, mientras el PCE
celebró un acto de presentación de campaña y el PSOE optó por dar
tres días de ventaja al resto de las fuerzas contendientes”.
La
campaña estuvo marcada por las
dificultades económicas de los partidos políticos recién
legalizados,
que en menos de dos años habían tenido que hacer frente a dos
elecciones generales, un referéndum y
ahora las municipales.
Los medios de comunicación se hacían eco de
las propuestas de PSOE y PCE para
llegar a acuerdos en los ayuntamientos una vez celebradas las
elecciones municipales y de
los
problemas de Coalición Democrática (de la que formaba parte Alianza
Popular) para mantener sus candidaturas en muchas ciudades ante la
imposibilidad de alcanzar el mínimo del 5% con
el que
obtener representación, lo que perjudicaría las posibilidades de
UCD facilitando
así el triunfo de las fuerzas de izquierdas.
Finalmente no presentaron candidaturas en Madrid, Córdoba, Bilbao y
otras muchas localidades. En
plena campaña electoral tuvo lugar en el Congreso de Diputados el
debate de investidura de Adolfo Suárez. Finalmente, el lunes dos de
abril terminaba la campaña electoral sin incidentes dignos de
mención.
De
los más de veintiséis millones de ciudadanos con derecho a voto, lo
ejercieron más de dieciséis millones, que eligieron un total de
67.505 concejales. La abstención fue bastante alta, ya que tan sólo
ejerció su derecho al voto el 62,51% de los ciudadanos con derecho a
voto, frente al 68,04% que lo había ejercido en las recientes
elecciones generales.
Según
lo previsto en el Real Decreto de 18 de marzo por el que se dictaban
normas para la constitución de las Corporaciones Locales, el décimo
día a partir de la proclamación de concejales electos, “estos se
reunirán, sin necesidad de previa convocatoria, a las once de la
mañana en el salón de actos de la respectiva Casa Consistorial...”.
Una vez formada la mesa de edad esta “declarará constituida la
Corporación, procediéndose acto seguido a la elección de
Alcalde...”. En la mayoría de los ayuntamientos este acto tuvo
lugar el día 19 de abril.
Se producía así la desaparición oficial de los alcaldes del
franquismo. Muchos de ellos habían permanecido en el cargo más de
treinta años. No fueron pocos los que pretendieron continuar
ocupando el sillón de la alcaldía, formando parte de las
candidaturas de UCD, de Coalición Democrática o de candidaturas
independientes.
UCD
obtuvo un mayor número de sufragios totales pero el triunfo
correspondió a la izquierda; como se esperaba, las ejecutivas del
Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y del Partido Comunista de
España (PCE) se pusieron de acuerdo para apoyarse mutuamente en la
obtención de alcaldías e iniciar el camino de la unidad de acción
en los ayuntamientos con mayoría de izquierdas. Esto les permitió
gobernar en las principales ciudades del país. La alianza de
izquierdas logró gobernar en 27 capitales de provincia, incluyendo
Madrid y Barcelona, que representaban a 10,5 millones de habitantes,
mientras la UCD se hizo con los ayuntamientos de 23 capitales que en
total suponían 2,5 millones de personas.
En
Andalucía, el acuerdo entre PSOE y PCE junto a los andalucistas y
otros partidos de izquierdas hizo posible que casi 300 municipios y
la mayoría de las capitales de provincia fueran regidas por alcaldes
de socialistas.
Córdoba y otros núcleos de población importantes fueron para los
candidatos del PCE. El PSA obtuvo la alcaldía de Sevilla, así como
las concejalías de cultura de las ocho capitales de provincia.
También el PTA obtuvo la alcaldía de varias poblaciones
importantes.
Si
bien la elección de los miembros de los ayuntamientos se realizó
mediante un proceso
democrático, la legislación que debía regir su
funcionamiento era la misma que se había utilizado durante el
franquismo, ya que los nuevos ayuntamientos debían aplicar el
Decreto de 24 de junio de 1955 por el
que se aprobaba
el texto articulado y refundido de las Leyes de Bases de Régimen
Local, de 17 de julio de 1945 y 3 de diciembre de 1953. Hasta
1985 no hubo una Ley de Bases de Régimen Local adaptada a la
nueva situación democrática. Los nuevos munícipes se encontraron
con una situación bastante difícil. Una legislación municipal que
venía del régimen franquista, con ayuntamientos faltos de recursos
y en muchas ocasiones teniendo que asumir las consecuencias de la
mala gestión de las últimas corporaciones franquistas. A esto
habría que añadir, sobre todo en los ayuntamientos gobernados por
la izquierda, la desconfianza en muchos de los funcionarios que lo
habían sido en el régimen anterior.
Diez
elecciones municipales
Desde
entonces se han realizado diez elecciones municipales, cuyos
resultados se ofrecen en el cuadro adjunto*:
Año
|
Participación
|
Resultados
nacionales
|
|||
1979
|
62,51% |
UCD
30,62%
|
PSOE
28,17%
|
PCE
13,06%
|
Indep.
10,14%
|
1983
|
65,06%
|
PSOE:
43,03%
|
AP:
25,61%
|
PCE:
8,47%
|
Indep.
7,37%
|
1987
|
69,42%
|
PSOE:
37,08%
|
AP:
20,38%
|
CDS:
9,76%
|
IU:
7,18%
|
1991
|
62,78%
|
PSOE:
38,34%
|
PP:
25,34%
|
IU:
8,38%
|
CIU:
4,86%
|
1995
|
69,87%
|
PP:
35,27%
|
PSOE:
30,84%
|
IU:
11,68%
|
CIU:
4.39%
|
1999
|
63,99%
|
PP:
34,44%
|
PSOE:
34,26%
|
IU:
6,52%
|
CIU:
3,63%
|
2003
|
67,67%
|
PSOE:
34,83%
|
PP:
34,29%
|
IU:
6,07%
|
CIU:
3,44%
|
2007
|
63,97%
|
PP:
35,62%
|
PSOE:
34,92%
|
IU:
5,48%
|
CIU:
3,25%
|
2011
|
66,16%
|
PP:
37,54%
|
PSOE:
27,79%
|
IU:
6,36%
|
CIU:
3,45%
|
2015
|
64,91%
|
PP:
27,06%
|
PSOE:
25,02%
|
C’s:
6,55%
|
CIU:
2,99%
|
*UCD:
Unión de Centro Democrático. PSOE: Partido Socialista Obrero
Español. AP: Alianza Popular. PCE: Partido Comunista de España.
Indep.: Candidaturas independientes. CDS: Centro Democrático Social.
PP: Partido Popular. IU: Izquierda Unida. CIU: Convergència i Unió.
C’s: Ciudadanos
Del
cuadro se desprenden los siguientes datos: el PP fue el partido más
votado en cinco convocatorias electorales, el PSOE en cuatro y UCD en
la primera convocatoria, alternando PSOE-PP el primer y segundo
puesto, salvo en las primeras en las que el primero fue UCD seguido
del PSOE. La tercera fuerza más votada fue el PCE, que a partir de
1987 se presentó en IU, en ocho ocasiones. Este puesto lo ocupó CDS
en 1987 y C’s en 2015. La cuarta fuerza por número de votos fue
CIU en las últimas siete convocatorias, distintas agrupaciones
independientes en las dos primeras y IU en una ocasión. El
porcentaje de participación fue normalmente más bajo que el de las
elecciones legislativas, oscilando entre el 62,51% de 1979 y el 69,87
de 1995. No siempre hubo correspondencia entre el porcentaje de votos
y el número de concejales obtenidos. Así en 1979, las agrupaciones
electorales independientes, con un 10,14% de los votos obtuvieron
14.684 concejales frente al PCE que con el 13,06% de votos tan solo
consiguió 3.727 actas de concejal. Algo
parecido ocurrió en las de
1983. A partir de 1987 CIU con un porcentaje menor de votos que PCE o
IU siempre obtuvo un mayor número de concejales. En las elecciones
de 2003, si bien el PSOE obtuvo más votos que el PP, este último
consiguió 391 concejales más, mientras que en 2007 ocurrió lo
contrario.
Si
comparamos estos datos con las convocatoria de elecciones
legislativas que se convocaron en fechas próximas a las municipales,
observamos que los resultados
de unas y otras son muy parecidos. En casi todas las ocasiones el
partido más votado en la elecciones legislativas fue a su vez el que
más votos obtuvo en las municipales. Salvo en las elecciones de 2007
en las que el PP ganó las elecciones municipales y sin embargo el
PSOE fue el partido más votado en las legislativas de marzo de 2008.
No obstante hay que destacar que la diferencia del porcentaje de
votos entre ambas fuerzas políticas en las elecciones municipales
fue tan sólo del 0,7%.
Conclusiones
En
primer lugar hay que destacar la importancia de las elecciones
municipales y la participación en la vida municipal como la mejor
forma de consolidar la democracia, ya que esta nunca acaba de estar
totalmente construida y el peligro de involución, como estamos
viendo últimamente tanto en Europa como América, es una realidad.
A
pesar de que ya van cuarenta años de ayuntamientos democráticos, no
se ha logrado erradicar los casos de corrupción que periódicamente
salpican las noticias de los medios de comunicación.
Frente
a los enormes deseos de participación en la vida municipal que se
observaba en los primeros ayuntamientos, esto ha decaído en los
últimos años y en general se ha avanzado poco en la aprobación de
reglamentos que faciliten la participación ciudadana o la
elaboración de presupuestos participativos.
Otro
fenómeno es la privatización de servicios municipales. Las empresas
que gestionan esos servicios tienen como objetivo, como por otra
parte parece lógico, la obtención de beneficios y eso solo puede
realizarse rebajando la calidad de los servicios, aumentando el
precio o precarizando el trabajo de los que prestan el servicio.
Tampoco hay que olvidar que con la privatización llegan los casos de
corrupción y corruptelas.
Los
ayuntamientos deben ser los garantes de la protección social, y esa
debe ser una prioridad continua y constante. Sin embargo se
encuentran con que a veces deben cubrir competencias en esta materia
que debían asumir otras instancias de la Administración y para lo
que no reciben los recursos necesarios.
Por
último hay que señalar que la financiación municipal
sigue siendo claramente insuficiente, lo que además de dificultar la
prestación de servicios, impide una auténtica autonomía municipal.
La
mejor forma de eliminar estas deficiencias es con la participación
de la ciudadanía, tanto en las elecciones municipales como en la
gestión municipal, utilizando los mecanismos existentes o forzando
la creación de estos donde no los haya.
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