BREVE HISTORIA DE LAS VACUNAS

 

La pandemia de Covid-19 ha provocado una desenfrenada carrera por encontrar la vacuna más eficaz para librarnos de esta terrible enfermedad, que ya ha causado cerca de dos millones de muertes en todo el mundo y más de cincuenta mil en España. En septiembre de 2020 había 321 proyectos en busca de la ansiada vacuna. La vacuna desarrollada por BioNTech y Pfizer (Alemania/Estados Unidos) ha superado todas las fases previas y el pasado 21 de diciembre fue aprobado su uso por la Agencia Europea del Medicamento, habiendo comenzado su uso en la Unión Europea a partir del 27 de diciembre. En Estados Unidos la farmacéutica Moderna también ha elaborado su propia vacuna, que igualmente ha sido aprobada y ya ha comenzado la vacunación en ese país, tanto con esta como con la de BioNTech-Pfizer. Otras cinco vacunas se encuentran ya en la fase tres y prevén su aprobación en las próximas fechas. Para animar a la población a que se vacune, numerosos dirigentes políticos han decidido ponerse la vacuna ante los medios de comunicación.

Esto ha supuesto un recrudecimiento del debate, que se ha mantenido desde el comienzo del uso de las vacunas, entre los defensores y los contrarios a la utilización de este recurso para la salud, que obviamente ha tenido su reflejo en las redes sociales y en los medios de comunicación. También ha supuesto un renovado interés por conocer la actuación, beneficios e inconvenientes de las vacunas.

Con esta entrada pretendo hacer una modesta aportación a este debate, recogiendo información sobre el origen y evolución de las vacunas, algunas de las enfermedades que han sido controladas por este medio y terminaré con unas consideraciones finales sobre sus ventajas e inconvenientes.

QUÉ SON LAS VACUNAS

Pero lo primero será saber qué son y en qué se diferencian de otros recursos sanitarios. Se podrían definir como un preparado de sustancias, capaces de provocar que el sistema inmunitario produzca anticuerpos como defensa ante microorganismos patógenos (los que causan la enfermedad). Esta respuesta genera cierta memoria inmunitaria produciendo inmunidad, permanente o temporal, frente al ataque patógeno correspondiente.

No todas las vacunas se obtienen de la misma manera. Actualmente existen los siguientes tipos:

Las vacunas de virus vivos, que usan los patógenos que causan la enfermedad de forma debilitada o atenuada.

Las vacunas inactivadas que se hacen utilizando una proteína u otra parte del virus o bacteria.

Las vacunas toxoides que contienen una toxina o producto químico producido por el virus o bacteria.

Las vacunas biosintéticas contienen sustancias artificiales similares a pedazos del agente patógeno.

Las vacunas de ARN mensajero, que introduce cadenas de ARN (ácido ribonucleico) para que las propias células humanas decodifiquen y produzcan las proteínas que promueven la respuesta inmunológica del organismo.

Es importante saber que las vacunas no son medicamentos para curar la enfermedad, sino que sirven para evitar la infección o prevenir los daños que puede producir la actuación de un patógeno en la salud de un individuo.

ORIGEN

Los primeros escritos relacionados con la vacunación datan del siglo XI y corresponden a textos de la literatura china. El tratamiento de la viruela, conocido como variolización, fue atribuido a una monja budista que ejerció el arte de la inoculación antivariólica a partir de enfermos que padecían la viruela. Un libro médico chino, "El espejo dorado de la Medicina", describía cuatro formas de inoculación antivariólica. El más extendido consistía en machacar costras de las pústulas producidas por la viruela, dejarlas reposar durante un tiempo y posteriormente insuflarlas en la nariz del paciente a través de una caña hueca de bambú. Sin embargo, en China perduró la creencia de que la variolización era una técnica extranjera, originaria de India.

En Gran Bretaña tuvieron conocimiento de la variolización en 1721. Lady Mary Wortley Montagu la introdujo tras haber superado una epidemia en Turquía en 1715, donde ya practicaban esa técnica. De ahí se extendió al resto de Europa y Norteamérica.

El método no era totalmente seguro, ya que aproximadamente el 3% de las personas morían tras la variolización. Se estima que hacia finales del siglo XVIII la viruela mataba en Europa a 400.000 personas al año.

VACUNA CONTRA LA VIRUELA

El médico británico rural Edward Jenner observó que las campesinas que se infectaban de un tipo de viruela que sufrían las vacas, conocido como vaccina, raramente se infectaban de la viruela humana cuando había una epidemia. En 1796 introdujo la viruela vacuna, procedente de una pústula de una mujer infectada, a un niño de ocho años de edad. Para comprobar que el niño había quedado inmunizado contra la viruela humana, le inyectó pus que había extraído de una pústula humana, aplicándola profusamente mediante varios cortes, pero el niño no sufrió ningún ataque de viruela.

Dado el éxito que tuvo, el tratamiento se difundió rápidamente por toda Europa, no sin la oposición de algunos sectores de la Iglesia.

Su introducción en España fue temprana. En mayo de 1801 se vacunaron 3.000 personas. Carlos IV decidió extender la vacunación antivariólica a las posesiones españolas ultramarinas y organizó la "Real Expedición Marítima de la Vacuna" bajo la dirección de Francisco Xavier Balmis. Este ideó un sistema de vacunación antivariólica "brazo a brazo" que consistía en introducir la vacuna de la viruela a los niños por parejas, con lo cual siempre tendría suero en el cuerpo de los niños infectados para utilizarlo con otras personas. Los portadores del fluido fueron veintidós niños de entre 2 y 9 años de tres orfanatos diferentes. La goleta "María Pita" zarpó del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803, llevando a los veintidós niños acompañados de Isabel Zendala Gómez, rectora de un hospicio de la Coruña donde estaban los niños. Durante los tres años que duró la Expedición recorrieron Canarias, Caracas, Cuba, México, Filipinas y Macao. Mientras tanto, otro grupo dirigido por Salvany llegó a Cartagena de Indias y Perú.

En 1944, se declaró obligatoria la vacunación contra la viruela en España y se consiguió su eliminación en 1954. En 1979, la Organización Mundial de la Salud, proclamó oficialmente erradicada la viruela en todo el mundo.

LOUIS PASTEUR Y LA BACTERIOLOGÍA

Fue este científico quien puso el nombre de vacuna a este modo de prevención de la enfermedad como homenaje a Jenner y su descubrimiento a partir de la enfermedad de las vacas. Desarrolló la Bacteriología, como nueva rama de la ciencia médica, que demuestra que las infecciones están relacionadas con microorganismos que pueden ser cultivados y por tanto estudiados. Descubrió la vacuna contra el cólera de las aves y contra el carbunco aplicando formas debilitadas o atenuadas del microorganismo causante de la enfermedad. En 1885 administró la vacuna de la rabia a Joseph Meister, un niño de nueve años de edad, logrando un claro éxito.

En España Jaime Ferrán y Clúa practicó esa misma técnica. En 1885 se declaró en España una epidemia de cólera en la región levantina y Ferrán puso en práctica su procedimiento. Realizó cientos de vacunaciones, obteniendo resultados muy positivos.

LA DIFTERIA

La difteria se había convertido en la primera causa de mortalidad infantil durante el siglo XIX. La farmacéutica alemana Hoechst decidió fabricar suero antidiftérico, lo que permitió que entre 1892 y 1894 se curaran de la difteria un total de 20.000 niños. Desde 1894 se emprendió en todo el mundo la lucha contra la difteria con la producción del suero de manera masiva.

La vacunación ha hecho que la difteria sea una enfermedad prácticamente desaparecida en España y en la mayoría de países. En 2015 se produjo en España el primer caso detectado desde 1986 en un niño de seis años que finalmente falleció. En octubre de 2020 esta enfermedad infecciosa ha vuelto a saltar a la palestra tras el diagnóstico de una niña de cinco años, que posteriormente ha fallecido, y que no había recibido más que una dosis de la vacuna en el momento del nacimiento, frente a las tres dosis recomendadas.

TUBERCULOSIS

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que ataca inicialmente sobre todo a los pulmones, aunque puede extenderse a otras muchas partes del cuerpo. Causa una importante mortalidad, principalmente en los países pobres, pero está extendida por todo el mundo. Koch descubrió en 1882 el bacilo causante de la enfermedad. La historia de su vacuna comienza en 1909. En 1921 se empleó por primera vez la BCG con fines de vacunación en Francia. Se trata de una vacuna viva, que contiene gérmenes atenuados en el laboratorio para que no causen daño, pero sí una respuesta inmunológica de defensa. En España se aplicó de forma irregular, hasta que el Plan Nacional de Erradicación de la Tuberculosis (1965-1973) recomendó su uso en recién nacidos y en escolares tuberculina negativos. Actualmente la prevalencia en España es bastante baja y no se recomienda la vacunación sistemática. Se valora de modo individualizado la vacunación en niños y jóvenes en contacto íntimo y prolongado con pacientes con el bacilo y a trabajadores sanitarios en contacto frecuente con enfermos tuberculosos o sus muestras biológicas. Actualmente la OMS sólo recomienda la vacunación en recién nacidos en países de alta prevalencia de la enfermedad.

GRIPE

Las epidemias anuales de gripe causan alrededor de 3 a 5 millones de casos de enfermedades graves y alrededor de 290.000 a 650.000 muertes en todo el mundo. La mayoría de las infecciones no requieren visitas médicas, pero en muchas ocasiones se presentan complicaciones graves, principalmente en personas con otras enfermedades, en niños pequeños y en ancianos. El virus de la influenza, causante de la gripe, es un microorganismo de gran complejidad. Debido a eso hasta 1945 no se aprobó la primera vacuna. En 1947 los investigadores llegaron a la conclusión de que el virus tenía cambios estacionales, lo que hacía que las vacunas que existían en ese momento fueran ineficaces. Se dieron cuenta de que hay dos tipos principales de virus de influenza (A y B) y múltiples cepas nuevas del virus diferentes cada año. Debido a esto, se tiene que modificar la vacuna todos los años. Hoy día las vacunas contra la gripe están diseñadas por la OMS utilizando datos recopilados por los centros de vigilancia distribuidos por todo el mundo. Cada año se desarrolla una nueva vacuna basada en las tres cepas que tienen más probabilidades de circular en la próxima temporada.

POLIOMELITIS

La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa, que afecta principalmente a los niños y que puede provocar lesiones en los nervios que causan parálisis, dificultad para respirar y, en algunos casos, la muerte. En 1954 se elaboró una vacuna contra la poliomielitis, inyectable y compuesta de virus inactivados. Poco después, en 1958, se elaboró una vacuna antipoliomelítica oral, elaborada con cepas atenuadas. En España la vacunación contra esta enfermedad comenzó en 1959.

La poliomielitis sigue existiendo, aunque el número de casos ha disminuido en más de un 99% desde 1988. Según datos del Ministerio de Sanidad (28 de noviembre de 2019) en los últimos 32 años solo se han notificado tres casos de polio en España y un caso más de aislamiento del virus pero sin enfermedad. Esta reducción ha sido posible gracias un esfuerzo mundial por erradicar la enfermedad. En la actualidad, solo quedan tres países en los que nunca se ha detenido la transmisión de la poliomielitis: Afganistán, Nigeria y Pakistán.

OTRAS VACUNAS

Después de la vacuna de la poliomielitis, y aplicando la misma técnica, se desarrollaron vacunas frente al sarampión, la parotiditis y la rubéola. La vacuna contra la varicela se desarrolló en la década de los 70 en Japón.

Durante las décadas de 1970 y 1980 se introdujeron las vacunas formuladas con proteínas purificadas o polisacáridos capsulares. No aportarían células o microorganismos completos, sino una pequeña parte de los mismos, suficiente para crear respuesta defensiva frente a la enfermedad. Entre estas vacunas destacan la vacuna meningocócica, la vacuna neumocócica y la primera generación de vacunas frente al Haemophilus influenzae tipo B. En 2006 se desarrolló la vacuna frente al virus del papiloma humano, VPH.

Uno de los principales retos es desarrollar una vacuna eficaz contra el sida, la epidemia más grave a la que nos enfrentamos en las últimas tres décadas. Además, se están investigando vacunas frente a enfermedades tan dispares como el cáncer o la enfermedad de Alzheimer.

COVID-19

Como hemos visto las vacunas elaboradas por las farmacéuticas BioNTech-Pfizer y Moderna son las que antes han conseguido su aprobación y ya han comenzado a utilizarse en Europa y América. Ambas vacunas utilizan la técnica del ARN mensajero, que introduce cadenas de ARN para que las propias células humanas decodifiquen y produzcan las proteínas que promueven la respuesta inmunológica del organismo al virus causante de la enfermedad. En ambos casos se les supone una eficacia superior al 90%. La vacuna de BioNTech-Pfizer requiere avanzados congeladores ultra-fríos, que mantiene los viales a 70 grados bajo cero, mientras que la vacuna de Moderna puede almacenarse en congeladores convencionales.

Hasta el momento, ninguna vacuna ha recibido formalmente la luz verde de las autoridades chinas para su comercialización; sin embargo China fue el primer país que lanzó una campaña de vacunación reservada para quienes corren mayor riesgo. Así, más de un millón de dosis de vacunas experimentales chinas se han inyectado en el país.

Rusia, con su Sputnik V, se convirtió en el primer país en inmunizar masivamente a su población con una vacuna aprobada por las autoridades nacionales. La vacunación comenzó en Moscú y, según el Kremlin, son miles las personas que han recibido la primera dosis.

Actualmente son ya más de 30 los países en los que han comenzado campañas de vacunación con alguna de estas vacunas, pero aquellos con menos recursos tal vez no reciban dosis al menos hasta 2022.

MOVIMIENTO ANTIVACUNAS

Como hemos visto gran parte de las enfermedades existentes han sido controladas, y algunas erradicadas, gracias a las vacunas, pero aún sigue existiendo cierta desconfianza en su aplicación. Existe discusión científica sobre las ventajas e inconvenientes de las vacunas, pero internet y las redes sociales se han convertido en una importante herramienta para acceder a información sobre temas de salud. Esto ha provocado un debate sobre las vacunas bastante polarizado y la red facilita la comunicación entre todos aquellos que piensan que las vacunas son dañinas. Grupos antivacunas especulan y aportan información negativa sobre las vacunas, cuyas afirmaciones no están basadas en evidencias científicas.

En 1998, un estudio aparecido en una revista científica relacionó la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) con el desarrollo del autismo en niños. Eso fue ampliamente difundido por los movimientos en contra de las vacunas. Sin embargo, el estudio fue posteriormente revisado y demostrado que era erróneo, por lo que la revista lo retiró de su publicación.

Durante los primeros años del uso de vacunas, su elaboración y control fue un proceso totalmente artesanal. No siempre se hacían pruebas estrictas de esterilidad ni de sus efectos en animales. Esto provocó accidentes como los causados por la vacuna contra la peste bubónica, que causó 19 muertes en la India en 1902 o el más grave que tuvo como consecuencia el fallecimiento de 75 lactantes después de ser vacunados contra la tuberculosis en Alemania en 1930. Sin embargo los avances tecnológicos, el uso de protocolos para comprobar su eficacia y los efectos secundarios, ampliamente consensuados por la comunidad científica y el control de las autoridades sanitarias hacen que resulte muy difícil que se repita ese tipo de accidentes.

Los argumentos que esgrimen los grupos contrarios a la vacunación han sido respondidos por expertos desde el rigor científico y cuestionar el valor de la vacunación por creencias infundadas produce un daño en la sociedad, a veces difícil de recuperar.

CONSIDERACIONES FINALES

Todos los años las vacunas evitan millones de muertes. Hemos visto cómo han logrado la desaparición o el control de algunas de las enfermedades más graves. Aunque no se puede descartar que a nivel individual las vacunas puedan provocar efectos secundarios, que incluso pueden llegar a ser graves, los avances científicos y tecnológicos permiten asegurar que es extremadamente difícil que esos efectos perniciosos afecten a grupos de población. A pesar de las lógicas reservas que muchas personas puedan tener a la hora de recibir alguna de las vacunas aprobadas contra el covid-19, estas vacunas representan la esperanza, científicamente fundamentada, de acabar con una pandemia que está causando millones de muertes y unas gravísimas consecuencias económicas.

A más de 220 años del empleo de la primera vacuna, y con la constancia de millones de vidas salvadas, su uso contra las enfermedades infecciosas de la infancia resulta cuestionado, criticado y, lamentablemente, obviado en niños de nuestro país. La renuncia a vacunar a los niños está produciendo enfermedad y muerte en nuestra población infantil.

La decisión de no vacunar, no solo comporta riesgos a nivel individual sino también a nivel colectivo, y esto se ha visto recientemente con el descenso de las coberturas de triple vírica y la aparición de casos y brotes de sarampión, que incluso ha llegado a producir muertes por complicaciones de esta enfermedad.

Sigamos utilizando las vacunas desde el rigor y el conocimiento científico, para conseguir el bienestar de la población y la prevención de enfermedades.

Comentarios

  1. Comienzo el año con tu lectura. Muy clara, fácil y muy didáctica. Además es un estudio serio e informado. Me ha gustado mucho.

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