Sobre la leyenda negra española
El 12 de octubre se celebró, como viene siendo habitual desde 1987, el Día de la Fiesta Nacional de España. Y como también viene siendo habitual, esto provocó un aluvión de mensajes en las redes sociales y artículos de prensa, sobre el papel que jugó España en la conquista y colonización de América. De entrada, lo que se celebra en este día ha tenido importantes cambios a lo largo del tiempo, dependiendo de la ideología dominante en cada etapa. A partir de 1918, bajo el reinado de Alfonso XIII, se celebraba el Día de la Raza. Denominación que cambió en 1958, durante la dictadura franquista, para llamarse Día de la Hispanidad. Un nuevo cambio tuvo lugar en 1981 cuando mediante Real Decreto se establecía el día de la Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad. Por último en 1987 se acordó que el 12 de octubre se instituyera como el Día de la Fiesta Nacional de España.
Al ya tradicional debate sobre el papel de España en la conquista de América, este año se ha añadido una nueva polémica propiciada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Con motivo del triple aniversario que se conmemora en México en 2021 -700 años de la fundación de la capital azteca, 500 de la Conquista y 200 de la Independencia- el Gobierno mexicano ha organizado un total de 12 eventos conmemorativos. Su Presidente se dirigió por carta al gobierno español a fin de que “ofreciera disculpas por los excesos, por el autoritarismo que se ejerció durante la invasión, durante la Conquista”. Previamente había dirigido otra carta a Felipe VI en ese mismo sentido. A dichas misivas ha respondido el gobierno español rechazando la exigencia de México y reiterando su disposición a seguir trabajando “para intensificar las relaciones de amistad y cooperación existentes entre nuestros dos países”. También ha respondido el expresidente José M.ª Aznar, ridiculizando la petición de perdón.
Al hilo del debate sobre la conquista española de América se reabre el tema, nunca cerrado, sobre la llamada “leyenda negra española” de la que la conquista y colonización americana son parte fundamental. En este artículo pretendo aclarar a qué nos estamos refiriendo con la expresión “leyenda negra”, su origen y aportar una breve exposición sobre las posturas que en torno a este tema se han venido manteniendo recientemente.
El concepto “leyenda negra”
El diccionario de la lengua de la RAE nos ofrece dos acepciones: “Opinión contra lo español difundida a partir del siglo XVI”. También “Historia inventada, extravagante, que circula entre la gente como si fuera verdadera”. Como se ve se trata de una definición demasiado aséptica, lo que hace necesario profundizar un poco en el tema. La mayoría de los que han estudiado la cuestión parece que están de acuerdo en que se trata de la propaganda antiespañola que hunde sus raíces en los siglos XVI y XVII, difundida por los estados europeos que rivalizaron con el Imperio español en esa época, fundamentalmente Inglaterra y Países Bajos. Ridiculizaba su cultura y sus logros y demonizaba el papel jugado por la Inquisición y la actuación española en la conquista y colonización de América.
Origen
La escritora gallega Emilia Pardo Bazán utilizó por primera vez el término en una conferencia pronunciada en París en 1899. Blasco Ibáñez hizo uso de la expresión en 1909, en dos conferencias que dio en Buenos Aires. Pero cuando el término tuvo una gran difusión internacional fue a partir de 1914, con la obra La leyenda negra y la verdad histórica, publicada ese año por Julián Juderías. Este llamó leyenda negra al conjunto de tópicos sobre “...la España inquisitorial, ignorante, fanática, (…) enemiga del progreso y de las innovaciones». Y, aunque achacó su origen a la opinión extranjera, también insistió en que, “apenas iniciada la decadencia de nuestra patria”, salieron muchos españoles dispuestos a irradiar la leyenda.
Antecedentes históricos
Los primeros antecedentes escritos podemos encontrarlos en los viajeros europeos de los siglos XV y XVI. Así el italiano Francesco Guirciaccdini en su Relación de España, publicada en 1513, inició algunos de los estereotipos sobre el carácter español: orgullosos, violentos, poco amigos de los extranjeros… Julián Juderías coincide que el origen está en Italia tras las victorias del Gran Capitán y especialmente tras el saqueo que se conoce como el Sacco di Roma por las tropas imperiales en 1527.
Un segundo foco se localizaría en lo que ahora es Alemania. Los escritos de Lutero contenían opiniones muy negativas de los españoles, a los que identificaba como papistas. Las guerras que mantuvo Carlos V contra los protestantes, acentuaron y difundieron esas ideas contra todo lo español. También se extendieron ideas racistas sobre los españoles por la presencia de moros y judíos conversos entre sus tropas y por su aspecto físico. De nuevo fueron las guerras, ahora entre Carlos V y el monarca francés Francisco I, la causa que motivó la publicación en Francia de numerosos escritos antiespañoles.
Durante la guerra de independencia de los Países Bajos, los partidarios de Guillermo de Orange denunciaron los excesos cometidos por los soldados españoles. Las críticas se cebaron especialmente en Felipe II y en quien fuera su comandante, el duque de Alba. Posteriormente estas críticas se ampliaron a la monarquía hispánica y a la Inquisición. En esta campaña de desprestigio contra los gobernantes españoles tuvo una gran importancia la publicación de panfletos que propiciaron una enorme difusión de la propaganda antiespañola.
También Inglaterra durante el reinado de Isabel I contribuyó a aumentar y difundir esa leyenda, acusando a los españoles de incapaces, indolentes y fanáticos católicos, utilizando el episodio de la llamada Armada Invencible como ejemplo de su inferioridad.
En cuanto a la conquista de América, la obra de Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552), describía con todo detalle la crueldad y violencia con la que actuaban los conquistadores españoles. Su traducción y edición en los Países Bajos, en plena guerra contra España, con ilustraciones que resaltaban la crueldad de los españoles contra los indios, también fue utilizada como propaganda contra el Imperio español, exagerando las denuncias que hiciera Bartolomé de las Casas. Aunque este fue el texto más difundido, posteriormente hubo nuevas publicaciones denunciando la actuación de los conquistadores.
Durante el siglo XVIII volvieron las críticas contra lo hispano en Francia. Tanto Montesquieu como Voltaire escribieron denunciando los tópicos sobre los españoles, su crueldad, avaricia y molicie y de nuevo sobre la Inquisición.
Tras el “desastre del 98” y la consiguiente pérdida del Imperio español, las críticas cambian. Ahora son los regeneracionistas españoles los que, analizando las razones de la pérdida del Imperio, inician una serie de estudios que llevan a la creación del término “Leyenda Negra”.
Tanto Primo de Rivera como Franco se sirvieron de la Leyenda Negra para aglutinar el apoyo interno a su política nacionalista, contraponiendo a esa leyenda otra, que podríamos llamar Leyenda Dorada, en la que se considera que la España Imperial, con sus Tercios triunfadores de las grandes batallas europeas, su defensa del catolicismo y su papel civilizador en América, constituyen la esencia del ser español.
Posturas contrapuestas
Para algunos historiadores no existe la leyenda negra, “es un espantapájaros esgrimido por el nacionalismo español en su vertiente extrema”. “O sea, que no hubo leyenda, sino hechos perfectamente demostrados por los documentos, a los que se impuso por parte de los enemigos de España un correctivo de exageración y tendenciosidad a fin de servir a una polémica política y religiosa, a una propaganda de guerra entre potencias rivales enfrentadas en la palestra internacional” (Carlos Martínez Shaw). En esa misma idea abunda Ricardo García Cárcel para quien no ha existido la mítica leyenda negra en tanto no ha habido una crítica negativa sistemática, feroz, unánime, intencionadamente destructiva hacia España o los españoles.
Álvarez Junco en su Mater Dolorosa señala que a partir del siglo XVII, junto al odio contra el boyante norte europeo y tras los sucesivos fracasos militares, se instaló en las mentes de los españoles “una sensación de incomprensión, de fracaso, de aislamiento, de resentimiento, es decir, de ser injustamente menospreciados y agredidos por los demás, y en especial por las potencias de mayor éxito”. Esto alimentó la conciencia de una hipotética leyenda negra, inventada por nuestros enemigos europeos contra todo lo español, conciencia de la que fue máximo exponente Francisco Quevedo.
Otros historiadores no sólo afirman con toda contundencia la existencia de esa leyenda negra, sino que consideran que se mantiene en la actualidad. Así Iván Vélez, en su obra Sobre la leyenda negra desmiente los argumentos históricos que tanto fuera como dentro de España han servido de base para confeccionar la leyenda. También piensa que la leyenda negra está más viva que nunca, “esta vez bajo formas mucho más sutiles que enarbolan los modernos enemigos de la nación española y de la comunidad hispánica de naciones en la que se encuentra integrada: los nacionalismos fraccionarios, los partidarios del indigenismo que corrompen la Idea de hispanidad”. Pero la obra sobre el tema que ha tenido mayor difusión es, sin duda, Imperiofobia y leyenda negra de Elvira Roca Barea. La autora afirma que los Imperios tienen el deber moral de civilizar, como hizo el Imperio Español en América. Pero todo Imperio tiene la contrapropuesta de una Leyenda Negra, anterior a los argumentos que se dan como excusa. En el caso de España los focos serían Italia, Alemania, Inglaterra y los Países Bajos. En cuanto a América la autora defiende que “el Nuevo Mundo nunca fue colonia de España y sus habitantes indígenas fueron tan súbditos de la Corona como lo eran los españoles peninsulares”. Justifica la disminución de la población con causas naturales y el fin del imperio azteca por su brutalidad y por ser sanguinario. Por contra destaca las aportaciones hispanas al desarrollo y progreso de los nativos americanos. El nacionalismo de Alemania, Inglaterra, Francia e Italia utilizan la hispanofobia como el otro que justifica la identidad nacional. En España el liberalismo del XIX asumió los tópicos de la Leyenda Negra como una realidad y tanto en el exterior como en el interior se mantiene en la actualidad.
La réplica ha pretendido darla José Luís Villacañas en Imperiofilia y el populismo nacional-católico. Reconoce que hubo una Leyenda Negra desde los Países Bajos durante los siglos XVI y XVII. Pero eso no puede ser excusa para la creación de una leyenda dorada que justifica o niega los errores cometidos. También afirma que América fue colonizada por España con lo que supone de anulación cultural y dominio.
Conclusiones
Sobre la Leyenda Negra española se han escrito, y se siguen escribiendo, ríos de tinta. Como hemos visto hay posturas totalmente encontradas, desde los que simplemente niegan su existencia a los que piensan que es una realidad histórica, urdida por los enemigos de España y que tiene continuidad en la actualidad, no sólo en el exterior, sino que es asumida por una parte de los españoles, especialmente por los nacionalistas y separatistas.
Para mí resulta evidente que, especialmente durante los siglos XVI y XVII, tuvo lugar una propaganda sistemática contra lo que representaba lo que entonces era el mayor imperio. Otro tema es pensar que las campañas de propaganda se hicieran exclusivamente contra el Imperio español y no contra otros imperios y potencias políticas. También resulta una obviedad que para poder construir y mantener un imperio como el español, se cometieron excesos, actos injustificados de violencia y crueldad… No muchos más ni más graves que los que cometieron otras potencias colonizadoras a lo largo de la historia. Pero como en toda propaganda se magnificaron esos errores, incluyendo otros totalmente falsos, utilizados como medio para conseguir determinados intereses políticos por parte de quienes la manipulan y difunden. En el caso de la conquista de América no se puede negar, a la vista de los datos aportados por testigos y cronistas, que se cometieron actos inhumanos contra los indígenas. Aunque no es menos cierto que no podemos juzgar con la mentalidad del siglo XXI actuaciones llevadas a cabo hace más de 500 años, por unos conquistadores imbuidos de sentimientos religiosos excluyentes y convencidos de su superioridad.
En resumen, sí que hubo una campaña de desprestigio antihispana, centrada en los siglos XVI y XVII, fruto de la hegemonía española y de los rencores que despertó en Europa su expansión territorial, su poderío militar y su dominio cultural. Pero resulta muy difícil sostener que esa campaña se mantenga en la actualidad. Sí parece claro que el nacionalismo extremo españolista de Primo de Rivera, mantenido y ampliado durante el franquismo, han utilizado la leyenda negra como acicate para aglutinar a los españoles en torno a su proyecto político frente a los “enemigos de la patria” del exterior y frente a los que desde dentro de España no compartían un modelo político autoritario, centralista y excluyente.
Más preocupante resulta comprobar como en determinadas actuaciones y manifestaciones del Partido Popular parecen compartir esa visión histórica, ya sea por pura ignorancia o para servirse de ella para sus intereses políticos. Caso aparte lo representan otros grupos de extrema derecha, que parecen compartir una visión de la historia de España más propia de la dictadura franquista y que defienden todos los tópicos sobre las esencias de lo español, a las que precisamente se oponían los tópicos de la leyenda negra.
Por si quieres profundizar
Es muchísimo lo que se ha escrito sobre la leyenda negra española, por lo que resulta extremadamente difícil seleccionar una bibliografía con la brevedad que exige este tipo de trabajo. Por tanto aquí incluyo tan solo unas pocas de las que me han parecido más interesantes:
García Cárcel, R.: La leyenda negra. Historia y opinión. Ed. Alianza, 1998
Juderías, J. La Leyenda Negra. Estudios acerca del concepto de España en el extranjero. 8ª. ed. Casa Editorial Araluce, 1941.
Lara Folch, P.I., “Imperiofilia e imperiofobia”, PASAJES, n.º 60, 2020, pp. 67-79
Martínez Shaw, C. “Negando de nuevo la Leyenda Negra”, PASAJES, nº 60, 2020, pp. 11-
28
Roca Barea, M.E. Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español, Siruela, 2016.
Vélez, I.: Sobre la Leyenda Negra, Encuentro, 2014.
Villacañas, J.L. Imperiofilia y el populismo nacional-católico, Lengua de Trapo, 2019
Claro y contundente. Además las conclusiones son acertadas. Hay detrás de todo ésto, lo de la Leyenda Negra, una feroz lucha de la mal llamada Reforma Protestante. (Lutero era un buen pájaro) contra el catolicismo. Como en toda revolución los que asaltan el poder son más terribles que aquellos a los que querían sustituir. (No te suene a conservadurismo). La Europa del norte y de los bosques han vivido culturalmente muy por detrás de la mediterránea. De todos modos creo que ya es hora de echar un rato de charla en persona.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Estoy de acuerdo que habría que echar un rato de charla en persona.
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