EL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA CUMPLE 100 AÑOS


 



El 14 de noviembre se han cumplido cien años de la fundación del Partido Comunista de España. De una u otra forma, el partido ha estado presente en el último siglo de la historia de nuestro país. Si bien en todos estos años nunca ha sido un partido mayoritario, lo cierto es que en muchos momentos de nuestra historia reciente, su actuación ha sido determinante. Para muchos el “partido” representa el referente del sacrificio y la lucha por recuperar la democracia en los momentos más negros de nuestra historia. Otros, en cambio, lo identifican como la causa de todos los males habidos y por haber. Teniendo en cuenta el relevante papel que el PCE ha tenido, y sigue teniendo, en la sociedad y la política española, me ha parecido justo dedicarle una entrada del blog, con motivo de su centenario.

Lógicamente no pretendo que esto sea una historia del partido, que daría para llenar cientos de páginas y para lo que un artículo en un blog es totalmente inadecuado; tampoco sería capaz de culminar con éxito tan magna empresa; además, hay cantidad de publicaciones que, desde diversos puntos de vista, han tratado la historia del PCE. Lo que pretendo es destacar algunos de los hitos de su centenario recorrido que, con sus luces y sus sombras, han marcado la historia de España. Si tras la lectura de estas líneas se despierta el interés de alguien por conocer realmente el pasado y también el presente de este partido, puede consultar alguna de las numerosas publicaciones que hay sobre el tema.

Los primeros años (1921-1931)

El origen de la fundación del PCE, como la del resto de partidos comunistas, hay que buscarlo en el triunfo de la revolución soviética en Rusia el 7 de noviembre de 1917. En marzo de 1919 se creó en Moscú la III Internacional, que agrupaba a los partidos comunistas.

Se produjo un intenso debate en el seno de los partidos socialistas, entre los partidarios de seguir adscritos a la II Internacional o Internacional socialista y los que defendían su integración en la Internacional comunista. Debate que también se produjo en el PSOE, que en su primer congreso Extraordinario de diciembre de 1919 acordó su adhesión a la Internacional comunista “si la II Internacional fuese incapaz de reconstruirse sobre las bases revolucionarias”. Ante las dudas del PSOE, las Juventudes Socialistas crearon en abril de 1920 el Partido Comunista Español. El Congreso Extraordinario del PSOE celebrado en abril de 1921 rechazó las 21 condiciones de la Internacional comunista para adherirse a la misma. Una parte de la dirección socialista se retiró del Congreso y crearon el Partido Comunista Obrero Español. El 14 de noviembre de 1921 se produjo la fusión de los dos partidos comunistas creándose así el Partido Comunista de España, con Antonio García Quejido como su primer Secretario General.

El golpe de Estado de Primo de Rivera de septiembre de 1923, supuso una fuerte represión para los comunistas españoles, muchos de cuyos dirigentes fueron encarcelados, por lo que el partido pasó a la clandestinidad. El fin de la Dictadura permitió una lenta recuperación en su presencia pública y el número de militantes, que a comienzos de los años treinta no pasaba de 5.000 afiliados. En agosto de 1930 apareció el primer número del semanario Mundo Obrero.

La II República (1931-1936)

Cuando se proclamó la II República española, el 14 de abril de 1931, el PCE la rechazó por burguesa, proponiendo en su lugar la República de los Soviets. En las elecciones constituyentes de junio de 1931 consiguieron unas pocas decenas de miles de votos pero ningún diputado. En los primeros años de la República participó activamente en las movilizaciones y huelgas que se convocaron y en la ocupación de tierras absentistas en Andalucía y Extremadura.

Ante el avance del fascismo en Europa, en 1933 propuso la creación del Frente Antifascista y los Comités de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. En las elecciones de ese mismo año obtuvo su primer diputado. Se trataba del médico Cayetano Bolívar que encabezaba la candidatura por Málaga. En esas elecciones las candidaturas del PCE pasaron de 60.000 votos en 1931 a 400.000.

Su participación activa en la huelga de octubre de 1934, como reacción a la entrada de ministros de la CEDA en el gobierno, le supuso el encarcelamiento de muchos de sus militantes y dirigentes, así como la suspensión de su prensa.

En junio de 1935, su entonces secretario general, José Díaz, hizo pública la idea de la conformación de un Frente Popular, compuesto por socialistas, comunistas, republicanos de izquierdas y sindicalistas, para hacer frente al imparable ascenso del fascismo en toda Europa, y también en España. A mediados de enero de 1936 se configuró el Frente Popular con el PCE, el PSOE, Izquierda Republicana, Unión Republicana, y otras fuerzas de menor significación. Puntos esenciales del Pacto eran: la amnistía para los 30.000 presos políticos que seguían encarcelados, la exigencia de responsabilidades por los crímenes cometidos en Asturias en la represión de los huelguistas, asentamientos y otras medidas en favor de los campesinos, restablecimiento de las libertades democráticas y de las normas constitucionales, rebaja de impuestos y tributos en favor de los pequeños y medios comerciantes e industriales y aumento de los salarios. Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, que obtuvo 268 diputados (158 republicanos, 88 socialistas, 17 comunistas), contra 205 de la derecha y del centro. Como reacción a los resultados electorales muchos grandes terratenientes decidieron abandonar las faenas agrícolas, hubo fugas de capitales, retirada de fondos bancarios, torpedeo contra el valor de la peseta, y en el aire planeaba la amenaza de un cierre patronal. A esta situación de crisis se unió la actuación de los pistoleros falangistas. El PCE propuso la fusión de socialistas y comunistas en un solo partido, aunque su propuesta no fue aceptada por los dirigentes socialistas. El gobierno, en cumplimiento de sus compromisos electorales, promulgó el decreto sobre readmisión con indemnización de los despedidos por la huelga de octubre de 1934, se aprobó una amnistía general, se puso en vigor de nuevo el Estatuto de Autonomía catalán y se aprobó el vasco, se revisaron los desahucios de campesinos y se restableció la legislación social del primer bienio de la República. Las actuaciones violentas de la derecha y los preparativos militares, crearon un ambiente de guerra civil. Fueron constantes las denuncias del PCE sobre los preparativos para una sublevación militar, que no convencieron a los republicanos. Finamente el 18 de julio de 1936 se produjo la sublevación militar contra la República.

La guerra civil (1936-1939)

Desde los primeros días de la guerra el PCE apoyó en todo momento al gobierno de la República y defendió la continuidad del Frente Popular. La acción decidida de los ciudadanos evitó el triunfo del golpe de estado en la mayor parte de España. El PCE, en declaraciones radiadas de Dolores Ibárruri, “Pasionaria” consideraba el momento “del desarrollo de la revolución democrático burguesa que en otros países de Europa se había producido hacía un siglo”. Apostó por la integración de los militares profesionales fieles a la República en el nuevo ejército con base en las milicias populares. Una valiosa aportación fue la creación del 5º Regimiento, que en enero de 1937 se integró en el Ejército Popular. En el mes de septiembre entraron en el gobierno dos ministros comunistas: Vicente Uribe en Agricultura, desde donde impulsó la primera reforma agraria de la historia de España y Jesús Hernández, en Instrucción Pública y Bellas Artes, que incentivó el desarrollo de la cultura popular: fueron abiertas millares de escuelas, mejorados los sueldos de los maestros, creadas brigadas volantes contra el analfabetismo, se abrieron al pueblo los centros de enseñanza superior y se fundaron los Institutos Obreros. Ante el avance de los sublevados, el gobierno se trasladó a Valencia y la defensa de Madrid quedó a cargo una Junta de Defensa con participación de los dirigentes comunistas Antonio Mije y Santiago Carrillo.

La guerra cambió de rumbo con la participación de Italia y Alemania apoyando a los militares rebeldes, mientras las democracias constituían en Londres el Comité de NO-intervención. Los rebeldes llegaron a las puertas de Madrid y en su heroica defensa murieron cientos de comunistas. Ante los avances de las fuerzas fascistas, que habían logrado llegar hasta el mar Mediterráneo, y las propuestas de algunos componentes del Frente Popular de dar por finalizada la guerra y reconocer el triunfo de los sublevados, el presidente del gobierno, Juan Negrín, estableció los llamados trece puntos, que suponían las condiciones del gobierno para dar por finalizada la guerra y que el PCE defendió de forma contundente. En enero de 1939 los franquistas llegaron a Barcelona. Un sector de republicanos confiaba en algún tipo de mediación exterior de carácter diplomático que pusiera fin a la guerra. Frente a estos Negrín pretendía prolongar la guerra lo suficiente para proceder a una evacuación ordenada a través de los puertos de Valencia y Cartagena, para lo que contó con el apoyo de los comunistas. Comenzaron a circular bulos sobre una sublevación de los comunistas. En marzo de 1939 se constituyó en Madrid el Consejo Nacional de Defensa, presidido por el coronel Casado. Este se propuso negociar con Franco para poner fin a la guerra, a lo que se oponía el PCE. Se dictaron órdenes de detención contra los dirigentes comunistas. Muchos fueron encarcelados, fusilados o muertos en combate. Una vez triunfado el golpe, el PCE se preparó para pasar a la clandestinidad.

Franquismo (1939-1975)

Tras la derrota se instauró en España una dictadura fascista encabezada por el general Franco. La dictadura franquista no dejó piedra sobre piedra de la obra de la República; abolió todas las conquistas políticas y económicas; suprimió la Constitución de 1931; anuló las libertades autonómicas de Cataluña y Euzkadi y disolvió todos los partidos políticos y los sindicatos obreros de clase. Decenas de miles de combatientes del Ejército republicano fueron recluidos en campos de concentración. Una ola de terror –encarcelamientos, torturas, asesinatos, aplicación de la ley de “fugas”– se abatió sobre los españoles, produciendo centenares de millares de víctimas. La cifra de presos ascendía en 1939 a más de 270.000 personas y en 1950 aún alcanzaba la cifra de 30.000. Las ejecuciones continuaron muchos años después del fin de la guerra, como la del comunista Julián Grimau y la de los anarquistas Delgado y Granados en 1963, o ya al final del régimen la del anarquista Puig Antich y las últimas cinco ejecuciones de miembros del FRAP y ETA.

Al finalizar la guerra civil el PCE inició un periodo de reorganización y de búsqueda de una estrategia para acabar con la dictadura franquista. En el interior de las cárceles se empezaron a crear las primeras células mediante los Comités de Ayuda que se ocupaban del reparto de alimentos y de ayudas de todo tipo a los militantes comunistas. La primera reestructuración clandestina del PCE tuvo lugar entre abril y diciembre de 1939. Se constituían direcciones del PCE que, una vez descubiertas, acababan ante los pelotones de fusilamiento. Una atención particular dedicó el partido a la propaganda, realizando una labor sistemática de edición clandestina de documentos. Fue publicado el órgano central Mundo Obrero en ediciones clandestinas. En julio de 1941 comenzó a emitir Radio España Independiente, la “Pirenaica”. Tras la muerte de José Díaz en marzo de 1942, fue sustituido por Dolores Ibárruri “Pasionaria” como Secretaria General.

El movimiento guerrillero se había formado espontáneamente en diversas regiones de España, al ser éstas ocupadas por las tropas fascistas; lo integraban grupos de republicanos obligados a huir para salvarse de la muerte. A partir de 1942 contaron con el apoyo del PCE. Los comunistas confiaban en que la derrota del fascismo en la guerra mundial significaría el fin de la dictadura. En este sentido organizó en octubre de 1944 la penetración de unidades guerrilleras por el Valle de Arán, que se saldó con un rotundo fracaso. En 1946 el PCE participó en el gobierno republicano en el exilio. Ante la evidencia de que las democracias europeas no iban a intervenir en la recuperación de la democracia, en 1948 el PCE decidió la disolución de los guerrilleros, aunque algunos grupos aislados se mantuvieron hasta principios de 1950.

En 1956 el Comité Central aprobó la política de Reconciliación Nacional. Suponía el acuerdo de todas las personas y fuerzas contrarias a la dictadura franquista para restituir al país las libertades públicas y la recuperación de la democracia. También se reafirmó en el carácter nacional del partido, no sujeto a ningún centro dirigente internacional. En 1961 se constituyó una Unión de Fuerzas Democráticas, a instancia del PSOE, de la que fue excluido el PCE. No obstante el partido siguió defendiendo la vía democrática al socialismo.

El PCE condenó la intervención de las tropas soviéticas en Checoslovaquia en 1968, profundizando su política de independencia de los soviéticos. En 1969 planteó el Pacto por la Libertad de todos los interesados en el fin de la dictadura, sin ningún tipo de exclusión. El 30 de junio de 1974, en el hotel Continental de París, Rafael Calvo Serer y Santiago Carrillo anunciaron la creación de la Junta Democrática de España. Se establecieron doce puntos para pasar de la dictadura a la democracia. En junio del siguiente año se creó la Plataforma de Convergencia Democrática, que encabezaba el PSOE.

A partir de los años setenta los partidos comunistas francés e italiano junto con el PCE elaboraron la propuesta política conocida como eurocomunismo, que suponía una vía democrática de acceso al socialismo, teniendo en cuenta las condiciones sociales y políticas de estos países. El entonces Secretario General del PCE, Santiago Carrillo, publicó el libro Eurocomunismo y Estado, que contenía las ideas generales de dicha propuesta.

El 20 de noviembre de 1975 moría Francisco Franco, poniendo así fin a una larga y cruel dictadura. En este tiempo el PCE fue el único partido de oposición que construyó y estructuró una organización clandestina capaz de resistir la represión franquista y articular el principal frente opositor al régimen franquista. Realizó un trabajo clandestino sistemático durante la dictadura por medio de abnegados militantes, muchos de los cuales pagaron la defensa de sus ideales democráticos con encarcelamientos, torturas o con su propia vida.

Democracia (1976-2021)

Para pasar de la dictadura a la democracia el PCE defendía la ruptura democrática. Pretendía una ruptura clara con el sistema político y jurídico del franquismo a través de un gobierno provisional. Dicha política expresaba la oposición al proyecto de transformar el régimen a través de una serie de reformas, como preconizaban los sectores procedentes del propio franquismo. Ante la incapacidad del PCE de hacer valer su propuesta, este concepto fue sustituido por otro de contenido totalmente diferente, el de ruptura pactada. En marzo de 1976 la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia deciden disolverse y constituir la Coordinación democrática, conocida también con la Platajunta. El 15 de diciembre de 1976 se celebró el referéndum sobre la ley para la Reforma Política. El PCE lo rechazó por antidemocrático. Si el año 1976 acababa con la detención de Carrillo y su posterior puesta en libertad, 1977 se iniciaba con la matanza de abogados en la calle de Atocha, acontecimiento en el que el PCE dio muestras de gran prudencia, a la vez que demostraba su capacidad de movilización. Finalmente el PCE fue legalizado el 9 de abril de 1977. A cambio Santiago Carrillo se había comprometido a aceptar la monarquía de Juan Carlos, la bandera y la unidad de España. Renunciaba así a la convocatoria de una consulta popular sobre la futura forma de Estado, monarquía o república.

En las elecciones legislativas de junio de 1977 el PCE obtuvo 20 diputados, nueve de ellos del PSUC. Tras la primera sesión del Congreso de Diputados, con Dolores Ibárruri “Pasionaria” como diputada, Radio España Independiente, más conocida como la “Pirenaica”, se despidió de sus oyentes.

Como consecuencia del análisis de los resultados electorales, elaboró la propuesta de política de concentración democrática. Consistía en la articulación de un pacto entre las principales fuerzas políticas del país con los objetivos de terminar la democratización de los aparatos del Estado, la elaboración de una Constitución democrática y la realización de una política que hiciera frente a la grave crisis económica por la que atravesaba España. En ese mismo contexto se encuadra su defensa de los llamados Pactos de la Moncloa. En abril de 1978 se celebraba el IX Congreso del PCE. Se define como marxista revolucionario y democrático, abandonando la anterior definición como marxista-leninista.

En la elaboración de la Constitución, el representante del PCE en la comisión redactora, Jordi Solé Tura, expresaba cuales eran los objetivos del partido: “el primer objetivo nuestro ha sido el contribuir a hacer una Constitución que consolide la precaria democracia actual y que permita abordar con éxito la doble tarea: acabar de desmantelar el franquismo y realizar la reforma democrática de los aparatos del Estado”.

En las primeras elecciones municipales, de abril de 1979, el acuerdo político entre el PCE y el PSOE permitió a estos partidos, especialmente al PSOE, hacerse con el gobierno de los más importantes municipios.

En 1980 comenzó una serie de crisis en el seno del PCE. En el PSUC, partido hermano del PCE en Cataluña, se daban tres tendencias: prosoviéticos, leninistas y eurocomunistas. El enfrentamiento entre estas tendencias desembocó en la expulsión del partido de 12 miembros del Comité Central acusados de constituir un grupo paralelo. Surgió el Partido Comunista de Cataluña con parte de la militancia del PSUC. En el País Vasco la propuesta del EPK-PCE de fusión con EIA para formar Euskadiko Ezquerra, al margen del PCE y sin mantener relación de dependencia con este, supuso la ruptura del EPK. El apoyo a los dirigentes del EPK de un grupo de miembros del Comité Central y concejales de Madrid, provocó la expulsión de estos y un nuevo enfrentamiento con los llamados “renovadores”, que posteriormente acabarían abandonando el partido.

En las elecciones de 1982, que ganó ampliamente el PSOE, el PCE perdió más de un millón de votos y sacó solo 4 diputados. Se produjo la dimisión de Santiago Carrillo, sustituido por Gerardo Iglesias. Nuevas escisiones se produjeron en 1984. Se formó el PCPE dirigido por Ignacio Gallego, y Ramón Tamames fundó la Federación Progresista. Al año siguiente Carrillo abandonó el PCE y fundó la Mesa para la Unidad de los Comunistas. En Andalucía se creó la plataforma Convocatoria por Andalucía, encabezada por Julio Anguita, que luego será IUCA.

En la campaña por el NO a la OTAN para el referéndum de 1986 el partido trabajó intensamente. Ese mismo año se constituyó Izquierda Unida con el PCE, PCPE, PASOC, FP, Partido Humanista, Partido Carlista e Izquierda Republicana, siendo Gerardo Iglesias su Presidente.

En el XII Congreso del PCE (1988) es elegido Secretario General Julio Anguita, quien al año siguiente sería Coordinador General de Izquierda Unida. En las elecciones generales de 1989 IU se convierte en la tercera fuerza política por número de votos, consiguiendo 17 diputados y un senador. En las siguientes obtuvo un diputado más y 21 en las de 1996. A partir de ese momento los resultados electorales fueron en declive, alcanzando su momento más bajo en las de 2008 en las que solo obtuvo un diputado.

A partir de 2016 IU alcanza un acuerdo electoral con Podemos y otras confluencias, formado la coalición Unidas Podemos, que alcanzó en las elecciones generales 71 diputados y 16 senadores, de los que eran de IU 8 diputados y 2 senadores. En 2020 se firmó el acuerdo de gobierno PSOE-Unidas Podemos y entraron en el gobierno dos ministros comunistas, Alberto Garzón y Yolanda Díaz. Desde 1937 no contaba el gobierno de España con ministros comunistas.

Algunas fuentes utilizadas

AMORÓS, M., ¡No pasarán! Biografía de Dolores Ibárruri, Pasionaria, AKAL, 2021

HERNÁNDEZ, F.: “El Partido Comunista de España en la Segunda República”, Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne , 51, 2017, URL:

<http://journals.openedition.org/bhce/684>

HERNÁNDEZ, F.: El PCE en la Guerra Civil, Tesis doctoral no publicada, 2010, UNED

IBÁRRURI, D. y otros: Historia del Partido Comunista de España, Éditions Sociales, París, 1960

SÁNCHEZ, J.: Teoría y práctica democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2004.

VV.AA., 60 años de historia. 1920-1980. 60 aniversario PCE, Logroño, Fundación de Investigaciones Marxistas, 1980.


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