PRENSA Y POLÍTICA
Cada vez resulta más evidente la influencia de los medios de comunicación en la política. El fenómeno no es nuevo y ya desde la Antigüedad el poder ha intentado controlar la información que llegaba a los ciudadanos, para crear así una opinión favorable a sus intereses. El desarrollo de la prensa a lo largo de la historia ha llegado a convertirla en lo que se ha llamado el “cuarto poder”. La aparición de la prensa digital, así como las redes sociales, ha hecho que ese poder aumente de forma exponencial, de modo que hoy podemos ver cómo los grandes grupos empresariales dedicados a la comunicación, se han convertido en potentes grupos de poder que pueden ser utilizados para hundir o elevar a determinados dirigentes políticos o influir de forma importante en los resultados electorales. De esto va la entrada del blog.
Breve historia de la prensa
Los orígenes
Antes de la aparición del periódico existieron otras formas de comunicación social. Ya en la antigua Roma existían las Actas diarias del pueblo romano (Acta diurna populi romani), creadas en torno al año 59 a.C. por Julio César. Una serie de tablones expuestos en los muros del palacio imperial o en el foro, en los que se recogían los últimos y más importantes acontecimientos sucedidos en el Imperio.
En la Edad Media se distribuían los Avisos, también llamados folios a mano; cuatro páginas escritas a mano que se vendían en los puertos, con noticias de los marineros y los peregrinos.
En el siglo XV, con la invención de la imprenta, aparecieron otras publicaciones nuevas, que se conocían como los Ocasionales, que informaban de un hecho excepcional. En el siglo XVI se publican los Canards, parecidos a los Ocasionales, trataban temas sensacionalistas, como historias de monstruos o de milagros. Las Gacetas empezaron a publicarse a comienzos del siglo XVII. Al principio eran editadas de forma privada, pero pronto quedaron bajo la protección de los estados absolutos que las utilizaron como medio de propaganda de la monarquía.
Aparición de los periódicos
El primer periódico diario nació en Inglaterra. Fue el Daily Courrant, que comenzó a publicarse en 1702. Pronto comenzaron a publicarse nuevos periódicos, con una perspectiva empresarial y aparecieron los periódicos de opinión. The Times comenzó a publicarse en 1785. Durante el siglo XIX se distingue la prensa política, que se caracterizaba por su papel como transmisora de una ideología, y la prensa informativa. Los periódicos tuvieron un importante papel en las revoluciones liberales de 1830 y 1848.
La prensa de masas
A finales del XIX y comienzos del XX se desarrolla en Estados Unidos y algunos países europeos un nuevo tipo de prensa, con grandes tiradas, muchas páginas con publicidad, que se vendían a bajo precio y producían grandes beneficios. Este tipo de prensa comienza a ejercer gran influencia social y a crear y modelar opinión pública. Es el caso de The Word o The New York Times en Estados Unidos, Le Figaro en Francia, Frankfurter Zeitung en Alemania o Il Corriere de la Sera en Italia.
Prensa en España
Uno de los primeros periódicos en España fue La Estrella de Sevilla de 1505 y la primera Gaceta española fue la Gaceta de Madrid, que empezó a publicarse el 1661. Durante el reinado de Carlos III, en 1762, la Corona asumió el privilegio de imprimir la Gaceta, pasando a convertirse en un medio de información oficial, si bien continuaba incorporando noticias de carácter general e índole muy variada y todo tipo de anuncios y comunicaciones.
A partir del XVIII fue el principal cauce de penetración de las ideas liberales. Se distinguía una prensa culta y una prensa popular. La prensa culta, conocida como papeles periódicos, se imprimía con permiso del Consejo de Castilla y se sometía a censura eclesiástica. La información política y militar estaba en manos de los periódicos oficiales, que eran la Gaceta de Madrid y el Mercurio histórico y político. Las publicaciones de iniciativa privada se dedicaban a temas culturales o económicos. Tras la revolución francesa, Carlos IV prohibió la publicación de todos los papeles periódicos, excepto los oficiales, el 24 de febrero de 1791.
También se crearon publicaciones de carácter popular que adquirieron un amplio desarrollo: los almanaques y pronósticos. Incluían informaciones sobre el tiempo, cambios de luna, normas de conducta o instrucciones sobre los más variados oficios.
Uno de los principales periódicos fue El Diario de los Literatos de España (1737-1742), publicación de carácter literario y cultural. El primer periódico diario se titulaba El Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial y Político, que comenzó a publicarse en 1758 y desde 1788 pasó a llamarse Diario de Madrid. Otro periódico que tuvo gran difusión fue El Correo de Madrid, que incluía artículos de la actualidad literaria, científica, técnica y económica, así como artículos de crítica social y de costumbres. Empezó a publicarse en 1787.
Las Cortes de Cádiz aprobaron en 1810 la libertad de prensa. Por otra parte, la Guerra de Independencia provocó un gran interés por conocer su desarrollo. Como consecuencia aumentó el número de periódicos, que los había de todo tipo: liberales, como El Conciso o El Robespierre Español, contrarios a la Constitución, como El Censor General o afrancesados como La Gaceta de Sevilla. Fernando VII prohibió cualquier publicación no oficial. Los periódicos volvieron a publicarse durante el Trienio Liberal y a la muerte del monarca. El regreso de los liberales que se habían exiliado en diferentes países europeos supuso la introducción en España de las nuevas técnicas periodísticas. Los periódicos se hicieron más amenos y, aunque pervivía la prensa política, tuvieron mayor difusión los periódicos de información. La Constitución de 1869 aprobó la libertad de prensa, por lo que surgieron nuevos periódicos y revistas.
A finales del XIX y comienzos del XX también en España comienza a publicarse prensa con grandes tiradas y con sentido empresarial. Algunos de los periódicos españoles que se crearon entonces han llegado hasta nuestros días, como La Vanguardia, fundada en 1881 por los hermanos Godó o ABC fundado por Torcuato Luca de Tena en 1903.
Al término de la Guerra Civil fueron incautados los locales y maquinaria de los diarios editados con anterioridad al conflicto y contrarios al "Movimiento Nacional", y por Ley de 13 de julio de 1940 pasaron al patrimonio de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange. Así fue como el Estado se convirtió en el mayor editor de prensa del país. Bajo la dictadura de Franco, la prensa fue utilizada como una importante maquinaria de propaganda política, controlada directamente por el régimen, aunque también se publicó prensa clandestina, como Mundo Obrero, que era el órgano de prensa del Partido Comunista de España y, con mucha menor tirada, otros periódicos de distintos grupos de izquierda.
Durante la transición a la democracia, la prensa jugó un papel fundamental en la defensa de los valores democráticos. Además de periódicos con gran historia, a los que antes se ha hecho mención, aparecen otros que lograron una gran difusión e influencia, como El País o El Mundo Las hojas de los periódicos se convirtieron en escenario de debate de las distintas propuestas políticas, en lo que se llamó “el parlamento de papel”.
Los otros medios de comunicación
Desde 1945 a 1970 se vivió una etapa de expansión económica que repercutió en el desarrollo del sector informativo. El negocio informativo creció y las empresas de información aumentaron su poder. Se produjo concentración de medios y junto al periodismo escrito se desarrolló el periodismo en la radio y la televisión. Los medios audiovisuales aumentaron su influencia en detrimento de los lectores de periódicos tradicionales.
La aparición de internet y las tecnologías de la información y la comunicación, han supuesto una revolución en el mundo de la comunicación. Sin necesidad de realizar grandes inversiones en maquinaria y consumibles, gracias a esas tecnologías se pueden crear empresas periodísticas, generalmente sin coste para el lector. Incluso los periódicos que continúan editándose en soporte papel, tienen su propia edición digital, que complementa la edición analógica. Esto ha supuesto la proliferación de un gran número de medios de información, con la ventaja añadida de la inmediatez en la publicación de noticias así como la posibilidad de incorporar audio y vídeo. Paralelamente han tenido un desarrollo exponencial redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, Telegram, Watsapp y otras. Por estas redes se transmiten millones de mensajes. Incluso muchos dirigentes políticos han convertido estos recursos en medios preferentes para comunicarse con los ciudadanos. Tanto el desarrollo de la prensa digital como el auge de las redes sociales, han supuesto una democratización de la información, ya que cualquier ciudadano puede enviar y recibir información, sin ningún tipo de control previo. Pero paradójicamente también se han convertido en grandes medios de desinformación, por lo que, además de información veraz, circulan bulos y mentiras que pretenden claramente la manipulación de los receptores de esos mensajes. Incluso hay gobiernos y partidos políticos que difunden mensajes masivos, manipulando la realidad a través de estas redes, con la intención de crear un estado de opinión favorable o de repulsa a determinados gobiernos o partidos políticos o campañas de desprestigio de personajes públicos. Estos mensajes, que se difunden anónimamente, son compartidos por muchos usuarios, haciendo cierto aquello que decía el ministro nazi Göbbels de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. El problema se agudiza cuando algunos medios de comunicación dan por ciertos algunos de estos mensajes, publicándolos en sus páginas o emisiones, haciéndolos así más creíbles. Cuando la mentira se vuelve verdad mediática, poco importa que después sea desmentida y se descubra su falsedad, pues ya ha tenido sus efectos en la opinión pública.
Prensa y democracia
Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento de la democracia. La existencia de una prensa libre y pluralista es esencial para garantizar la transparencia y el acceso a la información en una sociedad democrática. Pueden desempeñar un papel crucial en el control del poder, ya que a través de la investigación periodística, se pueden exponer casos de corrupción, abuso de poder y violaciones de los derechos humanos.
Sin embargo también puede ser un instrumento que puede poner en peligro la democracia. Cada vez más se da una mayor concentración de los medios en pocas manos y se crean grandes empresas cuyo principal objetivo es la obtención de beneficios. Una de las principales fuentes de ingresos es la publicidad. Por esa vía las grandes empresas, instituciones y grupos de presión acaban controlando la línea editorial de las empresas periodísticas. Eso les permite ejercer una importante influencia política con la que pretenden condicionar a la opinión pública en defensa de sus intereses. Esto se traduce en distintas formas de presión a los periodistas, para que se mantengan fieles a la línea editorial, y que acaba convirtiéndose en lo que algunos llaman una censura privada. El lenguaje mediático está hecho de frases simplificadoras, de imágenes que impacten, de efectismos semánticos, de juegos de palabras, lo que hace más efectiva su influencia en la opinión de las personas a las que va dirigido.
La influencia que a través de estos medios llegan a alcanzar los grupos de presión, acaban convirtiendo a los medios de comunicación en elementos de oposición política, sobre todo cuando hay un enfrentamiento declarado entre esos grupos de presión y determinados gobiernos o partidos políticos que consideran que no son favorables a sus intereses económicos. Los linchamientos mediáticos que se vienen produciendo en nuestro país por determinados medios de comunicación, son una prueba evidente.
Por otra parte los partidos políticos son conscientes de que en la sociedad actual la política es cada vea más mediática. De ahí la importancia que han adquirido los gabinetes de comunicación. Estos no solo sirven como fuente de información para los periodistas, sino que incluso elaboran y editan las noticias para que sean publicadas en los medios, hurtando ese papel a los periodistas.
Conclusiones
Resulta evidente que existe una íntima relación entre prensa y democracia. Los medios de comunicación son pilares fundamentales de los sistemas democráticos. Por tanto hay que respetar y defender la prensa que informa y denuncia de forma veraz y objetiva. Pero sería ingenuo pensar que todos los periodistas gozan de libertad total para publicar lo que quieran. En muchas ocasiones los medios tienen una línea editorial, impuesta por los dueños del medio, a la que deben ajustarse los que publican en los mismos.
El control de los medios de comunicación por parte de grupos de presión económicos, políticos o institucionales puede llegar a ser decisivo para ganar elecciones, deslegitimar a un dirigente o a un partido político. La publicación de sondeos, encargados por los mismos medios de comunicación, pretenden sustituir a las urnas. La proliferación de tertulias y columnas de opinión ha hecho que aparezcan lo que algunos llaman los “intelectuales mediáticos”, cuyas opiniones llegan a tener influencia política y social.
La manipulación informativa se hace publicando noticias falsas, pero también omitiendo determinados hechos o resaltando de forma exagerada otros.
Ante cualquier intento de regulación por parte de un gobierno democrático, la prensa clamará por su libertad de expresión, consagrada en el artículo veinte de nuestra Constitución, pero obviando que ese mismo artículo defiende el derecho “a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”. Por otra parte el derecho a la libertad de prensa debe llevar parejo el derecho a una prensa libre, en la que los profesionales de la comunicación puedan ejercer libremente su profesión sin ningún tipo de censura, ni oficial ni privada.
Fuentes utilizadas
Redero San Román, Manuel y García González, Gloria M., “Prensa y opinión pública en la transición política española”, Anales de la Universidad de Alicante: historia contemporánea, n.º 8-9, 1991-1992.
Francescutti, Luís Pablo y Saperas Lapiedra, Enric, “Los gabinetes de prensa como fuente de información política en España”, La trama de la comunicación, n.º 19, 2015.
Ruiz, Carlos, “Por una nueva teoría política de la prensa”, en Información, libertad y derechos humanos, Fundación COSO de la Comunidad Valenciana para el Desarrollo de la Comunicación y la Sociedad, 2004.
Sánchez Parga, José, “Prensa, política e intelectuales mediáticos”, Universitas, n.º 17, noviembre-diciembre 2012.
Sánchez Illán, Juan Carlos, Prensa y política en la España contemporánea. Ed. Tecnos, 2022.
Bernabeu Morón, Natalia, “Breve historia de la prensa”,<http://cv.udl.cat/cursos/elsmitjans/t1/docs/prensa2.pdf>
Muy bueno y elaborado. Echo de menos la mención de Cambio16 durante la transición. (Ardino Urpiales)
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