Fascismo, nazismo y comunismo

De Diliff - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35972521

Después de un breve parón justificado en parte por los últimos avatares electorales y en otra por una interesante escapada a los otoñales bosques del interior peninsular, vuelvo a la carga con un tema que podría parecer que no es de actualidad, pero si concluyen su lectura podrán comprobar todo lo contrario.
El pasado día 19 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobó una Resolución que lleva por título “Sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa”. De la lectura de dicha Resolución parece deducirse que se equipara al nazismo con el comunismo. Recientemente oía a un concejal del PP en un debate radiofónico, a raíz del preacuerdo del PSOE con Unidas Podemos, insistir en que el fascismo es lo mismo que el comunismo. En las redes sociales se ha llegado a insinuar que en cumplimiento de esta Resolución habría que cambiar los nombres de calles y plazas que hacen referencia a dirigentes del Partido Comunista. Incluso VOX, amparándose en el texto aprobado en el Parlamento Europeo, ha conseguido con los votos favorables de PP y Ciudadanos, aprobar en el Ayuntamiento de Madrid una moción que pretende identificar comunismo con nazismo, sin condenar ni al franquismo ni a los fascistas italianos y nazis alemanes que le ayudaron.
Por tanto creo que conviene analizar lo que realmente dice la Resolución y destacar algunos errores y ocultaciones de la realidad que, a mi parecer, encierra el texto aprobado.

La Resolución
La Resolución, cuyo texto íntegro se puede consultar en este enlace (Resolución), está compuesta por tres partes. En la primera se describen los antecedentes que la justifican. Así, entre otras, se hace referencia a los principios fundamentales de la Unión Europea, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, o la Declaración sobre la proclamación del 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo...
La segunda parte se dedica a los Considerandos, entre los que destacan que este año se conmemora el 80.º aniversario del estallido de la Segunda Guerra Mundial, así como del Tratado de no Agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, firmado por la Unión Soviética y la Alemania nazi o que sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo.
Por último está la parte dispositiva, formada por veintidós acuerdos de los que quiero destacar el punto 3. en el que se condena los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; el punto 6. que condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; así como el 7. en el que condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; expresa su gran preocupación ante la creciente aceptación de ideologías radicales y la regresión al fascismo, el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia en la Unión Europea; el punto 8. en el que pide a todos los Estados miembros que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo a escala tanto nacional como de la Unión, o el 19. en el que se condena el hecho de que las fuerzas políticas extremistas y xenófobas en Europa recurran cada vez más a la distorsión de los hechos históricos y utilicen símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, como el racismo, el antisemitismo y el odio hacia las minorías sexuales y de otro tipo. En cualquier caso reitero que en el enlace arriba señalado se puede consultar el texto íntegro.

Análisis de la Resolución
De la lectura sosegada de la Resolución se deduce que en la misma se realiza una condena del nazismo y del estalinismo, así como de su pervivencia en la Europa actual. Sin embargo concede una importancia desmesurada al Pacto de no Agresión como causa del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, obviando otras causas tan determinantes como los tratados de Versalles que pusieron fin a la I Guerra Mundial, que suponían duras condenas para Alemania y sus aliados, lo que provocó el revanchismo que la mayoría de los historiadores consideran una de las causas del inicio del conflicto y la política de rearme que tanto Alemania como otras potencias siguieron tras la crisis de 1929 . También se obvian los acuerdos de Munich de 1938 por los que las democracias europeas permitieron la anexión de los Sudetes checoslovacos por parte de la Alemania nazi así como el apoyo económico y militar a los rebeldes españoles contra la República, a pesar de la política de No Intervención en el conflicto español.
En la Resolución no se hace ninguna referencia a los veinte millones de soviéticos, combatientes y civiles, que murieron por liberar Europa, como potencia aliada de Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Esto supone una identificación de los miles de comunistas deportados y muertos por los nazis en los campos de exterminio, con sus asesinos; a los miembros de la SS que custodiaban el campo de aniquilación de Auschwitz, con el Ejército Rojo que lo liberó, como ha señalado en un comunicado la Federación Estatal de Foros por la Memoria.
Otro aspecto destacable es que omite las dictaduras fascistas más relevantes en los años treinta-cuarenta-cincuenta: las de Mussolini, Franco y Salazar, entre otras.
También dedica algunos de sus acuerdos a condenar la actuación de las fuerzas políticas que defienden planteamientos xenófobos o de odio hacia las minorías sexuales o de otro tipo. Grupos cuya presencia parlamentaria está siendo significativa en muchos estados de la Unión Europea y que en España están creciendo de forma alarmante.

Las reacciones al texto aprobado
En la redes sociales han circulado mensajes en los que se afirma que la Resolución “obliga al Estado Español a retirar los reconocimientos, honores y calles" relacionados con comunistas o socialistas españoles. Como ejemplo se pone los nombres de Carrillo, Pasionaria, Negrín o Largo Caballero.
Aprovechando el contenido de la Resolución, VOX está presentando propuestas en los ayuntamientos en los que se incluye el cambio de nombre de espacios públicos que recuerdan a dirigente comunistas que participaron activamente en la defensa de la República. En el Ayuntamiento de Madrid han conseguido que se apruebe una moción presentada por VOX, que tras algunas enmiendas ha contado con los votos favorables de los concejales de PP y Ciudadanos, con la que dicen se aplican los acuerdos de la Resolución del Parlamento Europeo. En la moción, además de condenar el estalinismo y el comunismo, extienden la condena al marxismo, e insta al Ayuntamiento de Madrid a "garantizar en la memoria justificativa de los sucesivos Presupuestos, que ningún programa presupuestario irá dirigido a organizaciones o asociaciones que ensalcen o justifiquen los horrores de los regímenes comunista y nacionalsocialista, o que promuevan el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia". Añade: "Que el Ayuntamiento de Madrid garantice que no se realizará ninguna cesión de espacios públicos a organizaciones o asociaciones que justifiquen o ensalcen regímenes totalitarios comunista, marxista, estalinista y nacionalsocialista, o promuevan el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia, en Europa o en cualquier otro país del mundo, o que en sus estatutos o ideario denigren a las víctimas de estos regímenes". También se aprobó que el Ayuntamiento de Madrid conmemore el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo.
La moción obvia la condena al franquismo, no cita los crímenes de la dictadura y tampoco reconoce a las 100.000 víctimas del franquismo que siguen en las cunetas, según las asociaciones de memoria histórica.

Conclusiones
La Resolución aprobada en el Parlamento Europeo se refiere a la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa. Supone una condena expresa a los crímenes cometidos por el nazismo y el estalinismo, aunque olvida los cometidos por otras dictaduras como se ha señalado anteriormente. De su lectura podría deducirse una identificación entre nazismo y comunismo, como se han apresurado a hacer representantes de la extrema derecha en España.
Sin embargo en el caso de España hemos sido víctimas durante cerca de cuarenta años de la actuación criminal de un régimen protagonizado por quien fuera aliado de Hitler y Mussolini, máximos responsables de los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. En la Resolución no se hace ninguna mención a esto. Por otra parte es innegable el importante papel que los miembros del Partido Comunista de España han jugado durante la dictadura para la recuperación de los derechos democráticos que ahora disfrutamos, a costa de años de cárcel y la muerte de miles de comunistas. También hay que señalar que el PCE condenó de forma explícita el estalinismo en el Manifiesto-Programa, aprobado en 1973.
Resulta sorprendente que quienes más interés ponen en que se apliquen sus acuerdos en España, son los mismos que defienden posturas que pueden considerarse de carácter xenófobo, como el odio a los emigrantes, o de falta de respeto a las minorías sexuales, políticas cuya condena también se contempla en la Resolución.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, el comunismo es un “Movimiento y sistema político, desarrollados desde el siglo XIX, basados en la lucha de clases y en la supresión de la propiedad privada de los medios de producción”. En esta definición no podemos encontrar nada que en sí mismo sea criminal. Es legítimo defender un orden distinto del capitalista para dirigir la sociedad y buscar solución a los problemas que acucian a la humanidad. En cambio el término nazismo lo define como “Movimiento político y social del Tercer Reich alemán, de carácter totalitario, pangermanista y racista”, bases ideológicas que inexorablemente conducen a crímenes contra la humanidad.
En todo caso el estalinismo, que es lo que se condena en la Resolución, es una desviación del comunismo. Tan sólo desde posturas abiertamente reaccionarias se puede deducir que el fascismo y el nazismo son iguales al comunismo.

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