Consecuencias de la guerra de Ucrania

 

La noticia que ha ocupado la mayor parte del año 2022 es la guerra de Ucrania. Se han cumplido más de diez meses del inicio de la ocupación por parte de Rusia de algunas regiones de Ucrania. Lo que Putin llama eufemísticamente “operación especial”, se ha convertido en una guerra de larga duración y cuyo final no se vislumbra a corto plazo.

El pasado mes de abril publicaba en este blog un artículo sobre los antecedentes de esta guerra en https://conocerpasado.blogspot.com/2022/04/antecedentes-de-la-guerra-de-ucrania.html.

Cuando ha pasado cerca de un año de su comienzo, creo que tenemos algo de perspectiva para analizar cuáles están siendo sus consecuencias en el orden económico, social y geoestratégico. Ojalá el año que estamos a punto de estrenar contemple un final justo para esta injusta guerra y se resuelvan, o al menos se atenúen, las consecuencias que en un mundo globalizado como el actual, está teniendo para gran parte de la humanidad.

Consecuencias económicas

La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas marca un antes y un después en el orden económico mundial. La economía de los países en el orden internacional se ha visto afectada debido al impacto negativo que está teniendo el conflicto armado, más aún en aquellos países emergentes que todavía no se han recuperado de los estragos de la pandemia de Covid-19. Las consecuencias económicas podemos agruparlas en dos grandes grupos: en primer grupo están las consecuencias derivadas de la escasez en el suministro de productos energéticos, alimentación y materias primas. En otro grupo podemos englobar las que tienen que ver con el aumento de la inflación y la subida de los tipos de interés.

En cuanto a la dependencia de Rusia de los productos energéticos, podemos señalar lo siguiente:

Carbón: Rusia es el tercer productor mundial. La Unión Europea (UE) importa de Rusia al año 44 millones de toneladas, la mayor parte para producir electricidad. La UE ha prohibido la importación de carbón ruso, aunque existen otras alternativas. No obstante el aumento del precio del gas ha supuesto un renacimiento de la demanda de carbón que en 2022 ha supuesto un consumo de 8.000 millones de toneladas, un 1,2% más que el año pasado. Esto supone un retroceso en la lucha contra el cambio climático, en el que la disminución del uso del carbón tiene un papel primordial.

Petróleo: La UE es el principal cliente del petróleo ruso. Para disminuir los recursos económicos que Rusia destina a la guerra, tanto la UE como el G-7 (los siete países más ricos del mundo) han acordado vetar las importaciones de crudo que llegan por barco, y prohíbe transportar petróleo a terceros países a un precio superior a 60 dólares. No obstante la UE sigue dependiendo en parte del petróleo ruso.

Gas: La sustitución del gas, del que Rusia es el segundo productor mundial, es más complicada. Europa importa de Rusia el 45 % del gas y Putin ha amenazado con cortar el suministro, lo que supondría un grave quebranto económico para muchos países europeos. La alternativa que se está implementando, para reducir algo la dependencia del gas ruso, es la importación de gas licuado de los EE.UU. lo que encarece el precio final.

En cuanto a otros productos afectados por la guerra de Ucrania destacan el automóvil, los alimentos y los fertilizantes.

Automóviles: Como consecuencia de la pandemia de Covid-19 ya había un problema de escasez de semiconductores, de los que China es el mayor fabricante. La guerra ha venido a agravar esta situación. Ahora nos enfrentamos a restricciones de materiales como el paladio, usado en catalizadores y baterías eléctricas (Rusia es el principal proveedor mundial, con un 38% de las exportaciones), aluminio (Rusia es el principal suministrador a la UE) o elementos secundarios pero difíciles de reemplazar a corto plazo (Ucrania es fabricante esencial de cableado y mazos de cables con conector). Esto redunda en la disminución de la fabricación de automóviles y retrasos en la entrega de los mismos.

Alimentos: Tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de trigo, maíz y girasol, que normalmente se exportaban a través del Mar Negro. La guerra ha reducido drásticamente las exportaciones. Esto ha provocado fuertes subidas en los precios, que afectan especialmente a los países más pobres en los que los alimentos representan una mayor proporción de sus gastos. Pero la subida también afecta a los países más ricos, ya que la importante subida de los precios supone un importante componente del aumento del precio de la cesta de la compra y por tanto de la inflación.

Fertilizantes: Íntimamente ligado a la producción agraria está el precio de los fertilizantes, de los que tanto Ucrania como Rusia son grandes exportadores. El aumento del precio de estos productos repercute directamente en el precio de los productos agrarios y ganaderos.

El aumento de los precios de la energía y los alimentos ha disparado la inflación, hasta niveles que hacía muchos años que no se veían. En los países que conforman la eurozona se situaba en el mes de noviembre en el 10%, con grandes diferencias entre los diversos estados, desde más del 21% que soportan los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) hasta el 6,6% que había en España, la más baja de los países de la eurozona.

Para intentar frenar esta escalada en la inflación, el Banco Central Europeo y el organismo correspondiente de los Estados Unidos, han iniciado una política de aumento de los tipos de interés. Esto supone un enfriamiento de la economía que puede llegar la recesión económica de algunos países, con las secuelas de paro y pobreza y con consecuencias inmediata en los ciudadanos, por ejemplo con el aumento de los tipos de interés que se aplican a las hipotecas.

Consecuencias sociales

Las principales consecuencias son las que están sufriendo directamente los habitantes que aun permanecen en Ucrania: muertes (más de 7.000 víctimas civiles), heridos, constante ansiedad ante los ataques con misiles rusos, dificultades derivadas de la falta de electricidad por los ataques a los centros de producción y de distribución, precariedad…

Otras consecuencias tienen que ver con los refugiados que huyen de la guerra, provocando el mayor flujo de refugiados desde la II Guerra Mundial. Más de 7,8 millones de ucranianos se han visto obligados a salir del país. Además hay otros 6,5 millones de desplazados internos, personas que han abandonado sus hogares y que ahora viven en otros puntos de Ucrania.

Consecuencias geoestratégicas

La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia del llamado sur global, concepto con el que se refiere a un conjunto de países que no se han alineado con occidente ante la invasión rusa. La existencia de ese grupo de países ha tenido su reflejo en las votaciones en la Asamblea de las Naciones Unidas. Proceden de Asia, África y América Latina. Rechazan la política de bloques y defienden la no alineación, en busca de su independencia y de un orden global más equitativo que promueva la cooperación entre los países. Ante las consecuencias económicas, que también sufren por la guerra de Ucrania, están más preocupados por resolver su situación económica, derivada de la larga historia de explotación de estos países por occidente. Han sufrido la discriminación ante la vacunación para la Covid, ya que mientras los países ricos han contado con los medios necesarios para vacunar a toda la población, e incluso han tenido que tirar a la basura millones de dosis caducadas, muchos de estos países no han podido vacunar a su población porque no han conseguido las dosis necesarias ni se les ha facilitado que puedan fabricarlas. Como consecuencia se ha agravado la brecha histórica entre un norte, rico y derrochador y un sur que no consigue que sus habitantes alcancen unas adecuadas condiciones de vida.

Medidas anticrisis en España

La principal consecuencia del aumento de la inflación es la pérdida de poder adquisitivo, lo que es especialmente grave en el caso de las familias más vulnerables. Para ayudar a estas familias, el gobierno de España ha puesto en marcha diversas medidas, a través de varios decretos anticrisis, el último aprobado en el Consejo de Ministros del 29 de diciembre. Algunas de estas medias han sido:

Revalorización de un 15% del Ingreso Mínimo Vital.

Limitación de la subida de los precios de los alquileres de vivienda hasta un máximo del 2%.

Ayudas directas para la agricultura, la pesca, las industrias grandes consumidoras de electricidad o de gas. Medidas complementadas con avales por 10.000 millones de euros, gestionados por el ICO.

Bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, que ha finalizado el 31 de diciembre, pero que se seguirá aplicando a profesionales del transporte.

Tope al precio del gas que se utiliza para la producción eléctrica.

Una ayuda directa de 200 euros para familias con bajos ingresos.

Bajada del IVA de la electricidad y de determinados alimentos básicos.

Gratuidad del transporte público en los abonos de Renfe para cercanías y media distancia y rebajas en el transporte urbano y por carretera.

Para hacer frente a estos gastos, se aplicará un impuesto temporal sobre las beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, la banca y las grandes empresas.

Algunas conclusiones

Frente a otras guerras que se han producido recientemente o que continúan activas en la actualidad, esta ha tenido una mayor repercusión global. En primer por producirse en suelo europeo, una de las zonas más ricas y productivas del mundo, con lo que eso repercute en el resto del mundo. También porque viene precedida de una pandemia de las más graves que se han producido en los últimos tiempos y cuyas consecuencias aun continúan. Por último, pero no menos importante, por lo que supone de revisión de las relaciones estratégicas entre las grandes potencias mundiales como Estados Unidos, China y Rusia así como con el llamado sur global.

La gran repercusión que esta guerra ha tenido en los medios de comunicación, especialmente de los países de Occidente, ha quitado el foco de otros conflictos en los que los sufrimientos de la población son igualmente insoportables y que necesitan de la solidaridad internacional. Siria, Yemen, Sudán, Guinea… y un largo etcétera que, por estar más alejados y en países más pobres, parece que preocupan menos a la comunidad internacional. Recientemente las ONGs que actúan en algunos de esos conflictos se han quejado públicamente de la disminución de recursos, que en gran parte han sido derivados a Ucrania.

Ante las repercusiones globales que esta guerra está teniendo, en muchos países toman cada vez más fuerza movimientos antiglobalización.

Las graves consecuencias que este, y otros conflictos, están teniendo para la humanidad tendrían que hacernos repensar las relaciones internacionales, el papel que la política de Estados Unidos está teniendo en esta crisis y caminar hacia políticas internacionales que promuevan la cooperación y la solidaridad, alejando así la posibilidad de que se reproduzcan nuevas guerras.

Si el año que ahora termina ha venido enmarcado con la palabra guerra, ojalá el que ahora comienza lo sea por la palabra paz.

Comentarios

  1. Muy bueno. Como siempre muy claro y muy didáctico.

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  2. Excelente exposición de la realidad de está .... guerra que nos han metido los dos mal nacidos de presidentes ruso y ucraniano, eres un fenómeno

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    1. Muchas gracias. Ojalá no tuviéramos que hablar de esta salvajada.

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